Estados Unidos: el gobierno obliga a pagar las horas extraordinarias

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La tendencia de las empresas a alargar la jornada de trabajo sin pagar horas extraordinarias ya no será posible en EE.UU. El 23 de agosto entró en vigor la nueva ley, conocida como » Fair Pay», que obliga a pagar horas extraordinarias a partir de las 40 horas semanales a todos los trabajadores que ganen menos de 23.660 dólares anuales (455 semanales). La legislación anterior, que databa de 1975, solo reconocía ese derecho a los que ganaban menos de 155 dólares semanales.

La secretaria de Trabajo, Elaine Chao, que es la primera ministra de origen asiático en la historia de Estados Unidos, asegura que con la ley de «Fair Pay» al menos 1,3 millones de trabajadores más podrán cobrar horas extraordinarias. Según la fundación Employment Policy Foundation, serán 3,4 millones los beneficiados. En contrapartida, los ejecutivos que cobren más de 100.000 dólares anuales no tendrán derecho a horas extraordinarias. El Departamento de Trabajo calcula que el número de «trabajadores de cuello blanco» que quedan excluidos oscilará entre 107.000 y 644.000.

La legislación sobre el trabajo en EE.UU. es mucho más liberal que en la Unión Europea, donde, incluyendo las horas extraordinarias, la semana laboral no puede sobrepasar las 48 horas, y se garantizan cuatro semanas de vacaciones anuales. A diferencia de EE.UU., en Europa hay fuertes sindicatos que se oponen a los intentos de ampliar el horario laboral.

La directiva de la UE sobre el tiempo de trabajo, aprobada en 1993, está ahora en fase de revisión, con negociaciones en Bruselas entre empresarios, sindicatos y eurócratas. Las organizaciones empresariales quieren que la ley sea más flexible y deje más libertad para que los empresarios puedan negociar el horario laboral con sus trabajadores. Existe el convencimiento de que si Europa quiere ser competitiva tiene que trabajar más. De lo contrario, las inversiones se irán a países de Europa del Este donde los costes laborales son más baratos.

Para mantener el empleo, los sindicatos han empezado a hacer concesiones, como el acuerdo alcanzado en el grupo Siemens en Alemania con ampliación del horario laboral sin alza de salarios. También en Francia las organizaciones empresariales están presionando para superar el rígido marco de las 35 horas semanales que impone la ley.

La Confederación Europea de Sindicatos, por boca de su presidente John Monks, ha dicho que «los sindicatos no se oponen a una mayor flexibilidad o modernización de las prácticas de trabajo, pero no aceptarán horarios más largos y antisociales».

Es posible que el camino para conciliar ambas posturas pase por un cambio en el modo de calcular el tiempo de trabajo o las personas a las que se aplica la directiva. Actualmente no es de aplicación para «ejecutivos y otras personas con poder de tomar decisiones autónomamente». También están exentas otras categorías, como sacerdotes o quienes trabajan en sus propias empresas familiares.

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