Si algo se da por supuesto en la formación de los alumnos de las escuelas de administración de empresas es que su trabajo debe estar presidido por el afán de hacer ganar dinero a su compañía. Pero también puede tratarse de prestar un buen servicio profesional en organizaciones sin ánimo de lucro. Para cubrir necesidades específicas de este sector cada vez más importante, la Escuela Superior de Comercio de Rouen (Francia) ha creado una especialidad.
El objetivo, explicado en Le Monde (12-III-96), es formar gestores que puedan prestar sus servicios en el campo de la ayuda humanitaria, lo social, lo cultural… La necesidad es clara: aunque no tenga ánimo de lucro, dicho sector está cada vez más sometido a los imperativos de una gestión rigurosa, de una programación racional de los objetivos y de una profesionalidad exigente. Pues las organizaciones humanitarias o culturales manejan muchas veces presupuestos importantes, a los que hay que sacar el mayor partido posible. Por eso, junto a los voluntarios, fichan también a ejecutivos para la gestión administrativa y financiera o para el desarrollo de sus estrategias de marketing y comunicación.
Es cierto que lo aprendido en una escuela de administración de empresas típica puede aplicarse también aquí. Pero una formación específica tiene también sus ventajas, y de hecho existe en escuelas de Estados Unidos. En Francia, esta idea ha llevado a la Escuela de Comercio de Rouen a crear una especialización de tres meses, que es ofrecida a los estudiantes al final del segundo año. Trece estudiantes, de una promoción de 250, han escogido esta opción. Esta especialidad atrae sobre todo a estudiantes reacios a la lógica exclusivamente crematística de las empresas. Pero otros no se han atrevido a dar ese paso, porque en el sector no lucrativo las remuneraciones son menos estimulantes y las perspectivas de carrera más inciertas.
