En tiempos coloniales se popularizó la expresión “vale un Perú” para significar algo de gran valor. Las riquezas minerales que fluían en la región y que proporcionaban al imperio español grandes ganancias, sustentaban el refrán. Cinco siglos después, la historia quiere repetirse. Hoy Perú vive un boom en su economía y su crecimiento es el mayor entre los países latinoamericanos. Pero para “valer un Perú” en su totalidad hay que acortar ciertas brechas: como la alarmante desnutrición infantil, la hambruna en algunas regiones y los conflictos generados por la minería informal (ver nota aparte), un sector que tiene mucho que ver en el andamiaje económico de la nación sudamericana.
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