Las luces y sombras del “compra ahora, paga más tarde”

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Las luces y sombras del “compra ahora, paga más tarde”

En los últimos años, y principalmente desde la pandemia, varias fintechs han revolucionado el mundo de las compras. O, mejor dicho, el pago de dichas compras: fraccionado en varias cuotas, 0% de intereses y con disposición del bien tras abonar la primera cantidad. Sin embargo, este método cada vez más popular entre los jóvenes puede resultar, en ocasiones, demasiado “bueno” para ser verdad.

El carrito del portal de compra online marca 100 euros. En el momento de pagar, aparecen varias opciones: Visa, MasterCard, PayPal. Y también Klarna, una empresa sueca fundada en 2005 y operativa en 25 países, que se dedica al negocio del buy now, pay later –también conocido como BNPL–, un método de pago que permite comprar unas Adidas en cuatro plazos, por el módico precio de 25 euros al mes. Afterpay –Clearpay en España–, Aplazame, Affirm o Scalapay –un unicornio italiano– son algunas de las empresas que también se han subido al tren de facilitar los pagos en cuotas al 0% de interés. Dependiendo del país y del proveedor, estas cuotas oscilan entre los tres y los 24 plazos cada dos o cuatro semanas. Es decir, que puedes estar pagando ese bolso ideal de 1.000 euros durante dos años, por 41,6 euros al mes, con cero intereses. Suena bien. Muy bien. Tal vez demasiado bien.

Nada nuevo bajo el horizonte… o sí

Según Worldpay, BNPL representó el 2,1% –aproximadamente 97.000 millones de dólares– de las transacciones de comercio electrónico global en 2020, y se espera que duplique su cuota de mercado para 2024. Sin embargo, ante esta nueva forma de pago, claramente popular y en auge, surge una primera duda bastante intuitiva: ¿qué diferencia hay con respecto a la compra con una tarjeta de crédito revolving (línea de crédito permanente)?

Según un reciente estudio publicado por dos profesores de Harvard Business School, se pueden encontrar tres principales diferencias. La primera es que, en lugar de ofrecer una línea de crédito renovable, BNPL está estructurado como pagos a plazos, con un pago inicial abonado en el momento de la venta y un calendario de pago fijo con cantidades fijadas de antemano.

En segundo lugar, la opción de emplear BNPL se ofrece a través de minoristas y está vinculada a la compra de productos principalmente no esenciales, como los de moda y cosmética, electrónica o accesorios para el hogar, con un precio que oscila entre los 50 y los 1.000 euros. Empresas como Sephora, H&M o la tienda de productos para mascotas Baluka tienen esta forma de pago incorporada en su proceso de check-out. Incluso Deliveroo, una empresa de entrega rápida de comida a domicilio, ha ofrecido esta opción. Es decir, puedes financiarte la hamburguesa en cuatro cómodos plazos a lo largo de dos meses.

Según el Informe de Medios de Pago y Fraude Online 2023 presentado por la Asociación Española de la Economía Digital, el BNPL ha alcanzado una representación del 36% en los procesos de check-out, y tiene una marcada tendencia positiva desde 2018, con un crecimiento del 12% en los últimos 4 años.

La última diferencia destacable respecto a las tarjetas de crédito es que las compañías de BNPL ofrecen condiciones de préstamo más accesibles, sin verificación de crédito o con una verificación limitada a través de un algoritmo, con intereses al 0%, y ningún o limitado informe negativo a las agencias de crédito. Características y condiciones que se adaptan a las necesidades de una franja demográfica en particular que, según el estudio de Harvard Business School, en gran medida no tiene o no emplea tarjetas de crédito: los jóvenes.

#buynowpaylater

Que TikTok es una de las principales puertas de entrada al gran y heterogéneo mundo de temas que preocupan a los jóvenes es una realidad. Por ello, no es de extrañar que entre vídeos de bailes, recetas de cocina y análisis de actualidad en menos de 60 segundos aparezcan vídeos con consejos financieros. Como, por ejemplo, uno explicando las bondades del “compra ahora, paga más tarde”.

El 70% de los usuarios de Klarna son GenZ o millennials

Tal es el éxito de esta forma de pago, que una tiktoker afirmó mirando a la cámara con la que se grababa en su coche que “no me importa si tengo 40 millones de dólares en mi cuenta. No me importa si el carrito subió a 6,74 dólares. I am going to afterpay that”. Para lo que sea, cuando sea. Los casi 180.000 “me gusta” que acompañan a este vídeo no resultan sorprendentes: en el momento de redactar este artículo, el hashtag #afterpay suma 165 millones de visualizaciones, #BNPL cuenta con 128 millones y #buynowpaylater con 158 millones.

Esta nueva forma de pago está presente en las pantallas –y cabezas– de gran parte de los jóvenes, y resulta ser una familiar y en el momento de la compra apreciada alternativa para pagar. Así lo confirma Klarna en su sitio web: el 70% de sus usuarios son GenZ o millennials. Dado el poder adquisitivo de gran parte de los jóvenes –en España, el 46% de los menores de 30 años ingresa menos de 1.000 euros al mes–, BNPL puede ser un bienvenido colchón mediante el cual afrontar ciertos pagos e imprevistos. Sin embargo, hay otro hashtag que suele acompañar a los ya mencionados en las descripciones de los vídeos de TikTok: #freemoney. Dinero gratis.

Seguramente lo estés pagando tú

Cualquier transacción económica y financiera que parezca demasiado buena para ser verdad, seguramente sea demasiado buena para ser verdad. Porque dedicarse al negocio del dinero y al mismo tiempo dar dinero gratis sería como tener una panadería y regalar tus pasteles al primero que pase por delante: un sinsentido. Por ello, ante la duda de quién está financiando un modelo de negocio tan apetecible y aparentemente ventajoso, la respuesta resultará ser con una alta probabilidad que tú.

Según han explicado varias de las empresas que facilitan el BNPL, su modelo de negocio está sustentado en los ingresos que obtienen de las cuotas que los comerciantes pagan por emplear sus servicios, unas cuotas que oscilan entre el 5% y el 8%, y que son considerablemente superiores al 2-3% impuesto por efectuar la misma transacción, pero con tarjeta de crédito.

¿Por qué, entonces, se suman los negocios al “compra ahora, paga más tarde”, si les resulta, a priori, más costoso? Porque, tal y como anuncia Klarna en su página web para comerciantes, mediante esta forma de pago el valor medio de los pedidos aumenta un 41% y la conversión –la cantidad de compradores que llenan el carrito y luego se deciden a comprarlo– se incrementa en un 30%. Además, en el estudio de Harvard previamente mencionado, sus autores llegaron a la conclusión de que el uso de BNPL provoca un aumento permanente en el gasto de alrededor de 60 dólares por semana.

Con esta forma de pago, el valor medio de los pedidos aumenta un 41% y la conversión se incrementa en un 30%

Teniendo en cuenta estas cifras, es comprensible que los comercios estén dispuestos a pagar una cuota más elevada. Resulta que, en último término, estás aumentando sus ingresos, gastándote hasta un 41% más de lo que en teoría tenías previsto.

La gratificación instantánea del consumismo

Según una encuesta realizada por Capterra en España, las principales razones para comprar con BNPL son: retrasar el pago inicial (19%), la sencillez del proceso de pago (17%), planificar el presupuesto (12%) y comprar productos caros (12%). Sin embargo, considerando el elevado gasto añadido que resulta de la compra con este método de financiación, se puede deducir que no lleva a una buena planificación presupuestaria.

Por una parte, porque las aplicaciones están diseñadas de tal forma que facilitan e incitan a la repetición de la transacción, sin fricciones, de forma sencilla. Fácil y bonito.

Por otra parte, el pago aplazado desliga el acto de comprar del acto de pagar, del “dolor” que supone desembolsar dinero. Y es esta reacción precisamente la que previene el gasto en exceso: con BNPL, al efectuar el pago inicial de 25 euros por unas Adidas –aunque cuesten un total de 100 euros– solo se percibe la sensación de estar pagando esos 25 euros iniciales. La gratificación instantánea queda colmada, pero hay un problema: los bienes que se suelen comprar y financiar con BNPL son bienes de consumo “rápido”. Es decir, puedes estar pagando una chaqueta cuatro meses, pero al mes ya estás pensando en comprar la siguiente prenda.

Ocasional, con cabeza… y poco

Otro problema que presenta la opción de “compa ahora, paga más tarde” es que se pueden realizar distintas compras en varias aplicaciones. Por ejemplo, se puede comprar un bolso con Afterpay, y a la semana unas zapatillas con Klarna y, una semana después, un móvil con Scalapay, con pagos pendientes que se van acumulando y de los que es fácil perder la cuenta. Tanto es así que son ya varios los usuarios que han advertido en redes frente a la acumulación de deudas de miles de euros que pueden resultar de este método.

En septiembre de 2022, el Consumer Financial Protection Bureau (CFPB) de EE.UU. publicó un estudio en el que alertaba de que los cargos por pago atrasado habían ido en aumento: al 10,5% de los usuarios únicos se les había cobrado al menos un cargo en 2021, frente al 7,8% en 2020. Otro dato llamativo que puede apuntar a un incipiente declive en esta moda: los márgenes de beneficio de los proveedores de BNPL se redujeron de 2020 (1,27%) a 2021 (1,01%).

Con todo, tal y como explica Sarah Newcomb, directora de ciencias del comportamiento en la firma de investigación financiera Morningstar, a The Atlantic, la línea entre útil y depredador puede ser muy borrosa: “Lo que puede ser depredador para un tipo de cliente es en realidad una muy buena solución para otro tipo de cliente”. Es decir, no hay motivos para demonizar estos servicios más que a cualquiera de los otros productos que alientan (o simplemente ayudan) a comprar cosas que el consumidor no se puede permitir.

Sin embargo, esto no quita que varios tiktokers financieros hayan empezado a llamar la atención sobre BNPL, con videos que comienzan con “razones por las que no deberías usar Klarna”.

Helena Farré Vallejo
@hfarrevallejo

Un comentario

  1. Se han publicado tantos cientos de advertencias sobre las revolving por parte de la autoridad monetaria, las organizaciones de consumidores, las entidades bancarias, las universidades, la prensa … que quienes las ignoren no tendrán derecho al pataleo: no podrán aducir ignorancia. Debería remarcarse que merecen desde ya ser considerados unos descerebrados.

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