El skate o monopatinaje es un deporte bastante popular: es frecuente ver en nuestros parques jóvenes practicándolo. Sería aventurado decir que parte de su fama la debe a los míticos Tony Hawk’s Pro Skater de la PS1, pero desde luego no es exageración afirmar que esos juegos ayudaron a muchos jóvenes –hoy ya no tan jóvenes– a practicar sin riesgos.
Siempre se podrá criticar que parece que no hay originalidad y que es apostar por el pasado, pero conviene recordar que no todos han disfrutado de los juegos de hace tantos años y que esta es una fantástica forma de traerlos de vuelta, sin que tengan que desempolvar consolas antiguas ni se vean obligados a hacerse con una.
Y como la moda es traer de regreso a los clásicos, el siguiente ha sido la saga del skate que vuelve con esta primera y segunda entregas, rehechas por Vicarious Visions en un trabajo sobresaliente: gráficos actualizados, sonido mejorado (que incluye voces en castellano), fluidez casi a prueba de balas (solo se resiente cuando jugamos a pantalla partida) y mucho contenido añadido. En general, los aciertos son numerosos, y el pequeño fallo de no permitir partidas privadas, en teoría se va a subsanar próximamente.
Dado que no tiene contenido violento ni inadecuado, es perfectamente recomendable para jóvenes, aunque por supuesto dominarlo requiera tiempo y paciencia.