No todo el mundo quiere escribir una novela, pero ¿quién no querría expresarse y comunicar por escrito con mayor eficacia? El Manual de Redacción de Luis Ramoneda viene a atender ese deseo, que en la actualidad se ve apremiado por la informatización del trabajo, la comunicación vía Internet y la facilidad para acometer aspectos de la escritura (corrección ortográfica, búsqueda de significados, uso de sinónimos y antónimos, control de la extensión y la apariencia visual, cotejo de versiones…).
Ramoneda continúa una feliz tradición de manuales y trabajos donde hay gramáticas normativas –como el Manual de español correcto de Leonardo Gómez Torrego–, caracterizaciones de los distintos textos –la serie Tipos de texto de Miriam Álvarez– y exposiciones del proceso de la escritura –el best seller La cocina de la escritura de Daniel Cassany–. Si bien estas obras –y otras– siguen siendo insustituibles para profundizar en un determinado aspecto, el presente Manual de Redacción tiene el acierto de la síntesis: en un único volumen y con gran sentido práctico proporciona la información más relevante para la realización de escritos.
Pero el autor no se para en este logro: junto con la información estructurada según niveles gramaticales –ortografía, morfología y sintaxis, palabras y frases, textualidad– aporta también unos anexos y apartados sumamente prácticos y, algunos, novedosos: compilaciones de palabras homónimas, verbos defectivos de uso más frecuente, verbos que rigen preposición, participios en doblete regular e irregular –como “imprimido/impreso”–, combinaciones verbales de uso frecuente con nombres abstractos, organización lógica de textos expositivos y argumentativos, figuras retóricas…
De particular utilidad son las tablas de contraejemplos y soluciones con que cierra los apartados; el capítulo sobre el gerundio; las orientaciones para la elección de palabras y los ejercicios propuestos; la exposición de características de textos cotidianos no literarios, como el descriptivo, expositivo, argumentativo, epistolar, administrativo, jurídico, comercial, académico, y sus ejemplos analizados con precisión; el apartado sobre el estilo; o el índice analítico final, que permite solucionar rápidamente una duda concreta.
El Manual de Redacción está pensado como herramienta para el uso personal de quien escribe, así como recurso para quien dirija actividades o talleres de escritura. Su eficacia surge de un concienzudo trabajo de años del autor “a pie de frase”: no hay especulación, sino mucho sentido común, sensibilidad y experiencia; y también un ejercicio continuo de la lectura, indispensable para el arte, cotidiano, de escribir.