“Tus recuerdos cambian. La verdad, no”. Esta frase que figura en la portada del libro centra un poco el tiro de este thriller de la escritora noruega Helene Flood (1982). Se trata de la primera novela que publica, y en ella cuenta la relación entre Sara, la narradora, y Sigurd, su marido. Ella es psicoterapeuta y él es arquitecto. Los dos viven en Oslo, en una casa de sus abuelos. No tienen hijos.
Sara recuerda cómo Sigurd salió de casa para pasar el día con sus amigos. De hecho, a las pocas horas, llama a Sara para decirle que ha llegado bien. Sin embargo, más tarde sus amigos se ponen en contacto con ella para comunicarle que él todavía no se ha presentado y preguntarle si ha habido algún problema. Sara, perpleja, no consigue volver a ponerse en contacto con su marido, y acaba denunciando la desaparición a la policía. A los pocos días, encuentran el cadáver de Sigurd.
Sara no se explica qué puede haber sucedido. Comienza a repasar su vida, por si encuentra alguna luz. Entonces afloran en su memoria situaciones que quizás no cuadran. Gracias a su meticulosidad, Sara realiza una disección fría de muchas cosas de su vida que, ahora, a la vista de estas dramáticas circunstancias, no parecen tan claras. De hecho, empieza a tener la sensación de que su vida está rodeada de mentiras.
La policía comienza a actuar y, tras las primeras pesquisas, piensa que la principal sospechosa de la desaparición es la propia Sara. La vida se vuelve una pesadilla para ella, y más todavía cuando, con la ayuda de un detective privado, descubre asuntos inquietantes relacionados con Sigurd.
La narración está escrita en primera persona y eso añade cercanía a las sensaciones psicológicas de la protagonista, mareada, confusa, dubitativa. Estamos ante un thriller que transcurre más en la mente que en los hechos. Se nota que la autora es psicóloga, pues hay mucho trabajo estilístico en esta dirección. El ritmo es sencillo, lo mismo que el estilo. Aunque hay cuestiones que deberían estar más trabajadas, como las investigaciones de la policía, la novela, amena y sin muchas pretensiones, consigue enganchar.