De Herbert von Karajan (1908-1989), unos deploran que dulcificase sus interpretaciones hasta el punto de pervertir las intenciones originales de los compositores; otros, que su éxito tenía que ver poco con la calidad sonora de sus orquestas, y mucho con sus dotes para el marketing en una época que los avances técnicos hacían propicia para el mercado discográfico de la música clásica; algunos, en fin, que tiranizase a los músicos de la Filarmónica de Berlín, que solo tras su muerte
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