El caso de Javier Gomá es digno de aplauso: escribe libros de filosofía (este es el cuarto de su producción) en editoriales no académicas, y no por eso reniega del estudio profundo, a menudo complejo, de temas de indudable importancia. Su proyecto podría definirse como el empeño de una fundamentación metafísica de las costumbres dentro de una sociedad democrática y post-metafísica como la nuestra.
¿Cómo? Desde la ingenuidad, porque se va a atrever a hacer propuestas. ¿Qué propone? Volver a pensar, redescubrir la educación y la virtud, abrirse al valor objetivo de la realidad, en el que no somos nosotros los encargados de poner las únicas cosas valiosas, sino de reconocerlas. Gomá defiende para esto la importancia ...
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