Espasa Calpe. Madrid (1996). 680 págs. 2.755 ptas.
José Luis Abellán, de 63 años, lleva más de treinta escribiendo sobre estos temas. Este libro parece una recopilación y una última palabra sobre el asunto. ¿Qué pensar? Una historia del pensamiento español es más que una historia de la filosofía, pero el libro es menos que una historia de la filosofía. Vale, y bastante, como primera aproximación a los temas, como un ensayo, no como una obra de investigación conseguida.
Muy interesante en todo lo que se refiere a pensadores secundarios, poco conocidos, pero no por eso menos importantes en su época. El libro presta, en ese sentido, un buen servicio.
Por otro lado, las filias y fobias de Abellán son conocidas y las muestra sin tapujos, sobre todo en el pensamiento contemporáneo. Así, mientras al historiar hasta el siglo XVIII conserva un talante objetivo, cuando se mete en lo moderno, ya se sabe: palos a la neoescolástica, loas a Ortega y a los consabidos y, si acaso, curarse en salud.
Respecto a las ideas cristianas o a la historia de la Iglesia: llega a decir que, por el triunfo de la Inquisición, los españoles tienen que dejar la filosofía y dedicarse «más al arte y a la literatura, actividades menos conflictivas en definitiva». Y, al referirse a la filosofía española actual, después de unas generalidades, se dedica a citar dos docenas de nombres que, salvo algunos pocos casos, son de una tendencia determinada.
Son de lamentar estos defectos, porque se trata de un trabajo meritorio en muchos otros aspectos y constituye un primer desbroce de un tema que continúa estando en mantillas.
Rafael Gómez Pérez