Gramática de la gratitud

Biblioteca Online (2013).

4,99 € (digital).

GÉNERO

“Quizá ningún escritor me haya deparado tantas horas felices como Chesterton”, escribió Jorge Luis Borges, auténtico apasionado de la polifacética obra del escritor inglés. Luis Daniel González, escritor, crítico literario y especialista en literatura infantil y juvenil (es autor de un blog y un diccionario de literatura infantil y juvenil titulado Bienvenidos a la fiesta), podría afirmar lo mismo que Borges, pues desde hace años se ha convertido en un especialista en Chesterton, comentando asiduamente las muchas reediciones que se publican en español de sus obras.

Y es que Chesterton (1874-1936) es un autor que sigue despertando un inusitado interés entre todo tipo de lectores. Los hay que prefieren sus novelas, sus siempre atractivos artículos periodísticos, sus ensayos apologéticos o los entretenidos relatos policiacos protagonizados por el padre Brown. En Gramática de la gratitud, título tomado de una frase que, según un biógrafo del cardenal Newman, refleja el talante de la obra de Chesterton, comenta “todos los libros de G. K. Chesterton”, empresa ardua pues todavía hoy siguen rescatándose nuevos títulos y artículos pues, para complicar más las cosas, fue un asiduo colaborador de numerosas publicaciones periodísticas.

El libro de Luis Daniel González comienza con una útil información biográfica, presentando los libros que se han publicado sobre Chesterton, entre los que destaca especialmente tres biografías: la de Joseph Pierce, la de Luis Ignacio Seco y la de Ian Ker. Este capítulo ofrece además un resumen de los hechos más importantes de un escritor entregado en cuerpo y alma al periodismo y a la cultura.

Artículos periodísticos sin fecha de caducidad
A continuación comienza el análisis de las obras de Chesterton, empezando por los muchos libros que contienen sus innumerables y constantes colaboraciones periodísticas, unos publicados en vida y otros póstumamente. Comentando estos libros, su fecha de publicación, un resumen de su contenido y los rasgos más importantes de cada título, realiza un exhaustivo análisis del pensamiento y del estilo de Chesterton, sus aportaciones más importantes y algunas anécdotas sobre su vida que reflejan su atrayente personalidad y su pasión por la verdad. Esta pasión le llevó a confrontar sus ideas con destacados autores de su tiempo, como H. G. Wells y George Bernard Shaw, escritores con los que polemizó en apasionantes debates ideológicos, siempre dentro de un clima de cordialidad y de altura intelectual.

En estos artículos está desperdigado su ideario, que tiene como base su sólido compromiso con la fe cristiana (Chesterton se convirtió al catolicismo en 1922, aunque desde muchos años antes se consideraba ya de hecho católico), su conocimiento de las ideas culturales y políticas más en boga y su pasión por la literatura clásica y contemporánea.

Hay también una destacada preocupación por las cuestiones sociales, que durante su juventud canalizó a través del socialismo y que pronto abandonó por el distributismo, corriente social que defendía los pequeños negocios frente a las grandes empresas y que proponía la capacidad de organización de la gente común frente a la tiranía de los políticos y los poderosos. Estos temas sociales, vistos con un clarividente sentido común, proliferan en sus artículos periodísticos y en sus ensayos. Para Luis Daniel González, “en general, su pauta es la de tomar partido por los más débiles frente a cualquier posición de superioridad esnob o, simplemente, irreflexiva”.

A la hora de resaltar algunas de las inquietudes que más aparecen en estos escritos, el autor de Gramática de la gratitud destaca tres puntos fundamentales: la necesidad de vivir la vida como una aventura; la gran enseñanza de la ética que contienen los cuentos de hadas, con sus repercusiones educativas; y el humillante servilismo de la sociedad ante los poderosos.

Ensayos con altura intelectual
De entre su inmensa producción ensayística, Luis Daniel González destaca la altura intelectual de algunos ensayos que siguen siendo muy leídos, como Herejes, Ortodoxia, El hombre eterno, Los límites de la cordura y Autobiografía. Sobre Ortodoxia opina el autor que “contiene lo nuclear del pensamiento de Chesterton” y que es “el mejor libro para conocerle”. Autobiografía es el último libro que el autor inglés entregó a la imprenta, aunque se publicó de manera póstuma. Sobre sus ensayos culturales y biográficos, destaca los dedicados a Dickens y Stevenson.

A la hora de analizar sus novelas, comenta Luis Daniel González, que “no son buenas novelas como tales novelas”. Sin embargo, más que la estructura y la trama novelística, débiles y erráticas en ocasiones, lo que importa son los temas de fondo que Chesterton convierte con mucho ingenio en materia novelística.

Entre sus obras literarias brillan con luz propia los relatos que tienen como protagonista al padre Brown, que aparecieron en cinco libros. En ellos, en muchos artículos periodísticos y en su ensayo Cómo escribir novelas policiacas, Chesterton demuestra ser un experto en literatura popular y en crítica literaria. Resulta muy original su protagonista, un sencillo sacerdote católico, y el punto de vista que se adopta en todas las investigaciones, donde “la deducción del padre Brown se basa en la comprensión del interior del delincuente y no tanto en las pruebas materiales objetivas”.

Gramática de la gratitud es, pues, un exhaustivo recorrido por la obra de un escritor que conoció perfectamente la cultura de su tiempo y que participó en los debates ideológicos más encendidos, muchos de ellos con un trasfondo religioso. Chesterton supo estar a la altura de las circunstancias debatiendo con calidad y amabilidad, mostrando siempre el lado positivo del catolicismo y respetando las opiniones contrarias.

Sabía sacar partido humorístico a sus argumentaciones y las de los contrarios, con las que mostraba de manera plástica la debilidad e inconsistencia de buena parte del pensamiento moderno. Gramática de la gratitud, con palabras de su autor, “da una idea lo más completa posible del pensamiento, las argumentaciones y el estilo personal de Chesterton”. El rasgo que más se destaca es su permanente actualidad: “es asombroso que podamos leer sus textos de hace un siglo con admiración no solo por su destreza literaria sino por el acierto y la actualidad de sus análisis”.

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