Marcial Pons. Madrid (2000). 396 págs. 2.500 ptas.
Antonio Domínguez Ortiz es uno de los mejores historiadores españoles del siglo XX. Supo renovar la historiografía sobre todo con sus estudios de historia social de la Edad Moderna. Desde joven soñaba con emular a Modesto Lafuente y escribir una colosal historia de España «desde los tiempos más remotos hasta nuestros días». Ahora, con 91 años, después de haber escrito más de treinta libros y trescientos estudios, nos ofrece al fin esa historia total, aunque de dimensiones mucho más reducidas.
No se trata de una obra de investigación sino de divulgación, -«docente», le gusta decir-, en la que ha condensado lecturas y relecturas, y no ha utilizado ninguna nota ni cita. El libro -literariamente bello- es más bien una conversación amable con un apasionado de la historia, que nos cuenta su visión de lo sucedido -sus reflexiones-, las claves para comprenderlo y, a veces, las tesis y sus protagonistas.
Domínguez Ortiz es un hombre liberal, quizás algo escéptico, y tranquilo. Y esa visión suya de la vida lógicamente se transforma en interpretación histórica. En el libro nos ofrece sobre todo «un cañamazo de historia política que es el sustento de las demás historias», desde la Edad de Hierro hasta la muerte de Franco, aunque el setenta por ciento de sus páginas abarcan de los Reyes Católicos en adelante. Hay capítulos que son una pequeña obra de arte, como el dedicado a los tres reyes del seiscientos.
Domínguez Ortiz, que ha formado parte de la comisión sobre humanidades, conoce bien las carencias que existen dentro de la formación histórica que se imparte en España, y en este libro tenemos una respuesta idónea a las mismas.
Manuel Martínez Neira