Así se hacen las películas

TÍTULO ORIGINALMaking Movies

GÉNERO

Rialp. Madrid (1999). 230 págs. 2.300 ptas. Traducción y presentación: José María Aresté.

Al igual que sucede en otras materias que aúnan lo artístico y lo comercial, muchos estudiantes y estudiosos del cine suelen quejarse de la escasez de libros que, sin rebajar la profundidad de sus análisis, reflejen también la compleja realidad práctica del séptimo arte. Por eso son tan apreciadas las obras escritas por los propios cineastas. Y por eso hay que aplaudir la publicación en castellano de Making Movies, de Sidney Lumet, todo un clásico de la bibliografía cinematográfica.

Con un estilo fresco y directo -muy bien conservado en la traducción del crítico de cine José María Aresté-, el veterano director norteamericano sintetiza el amplio saber que ha acumulado, desde finales de los 50 hasta ahora, a través de más de 40 películas, algunas de la talla de Doce hombres sin piedad, Serpico, Asesinato en el Orient Express, Network, Veredicto final o La noche cae sobre Manhattan. Así, en trece densos capítulos, plagados de jugosas anécdotas y vivencias personales, Lumet repasa todo el proceso creativo de una película, desde la escritura del guión hasta la distribución de la copia final.

Ya de por sí, esta visión de conjunto tiene un gran interés, pues supera las inevitables limitaciones de los estudios parciales. Además, es una visión muy rica, pues Lumet ha trabajado como productor, director y/o guionista en películas de todos los géneros y calidades: en superproducciones y en films de bajo presupuesto, con estrellas de primera fila y con actores noveles, con adaptaciones y con guiones originales… Las decenas de premios que acumulan sus obras -incluidas cuatro candidaturas al Oscar al mejor director- avalan la calidad de su mirada.

Es, además, la suya una mirada que cae bien: entusiasta, ponderada, divertida aunque nada frívola -quien busque cotilleos se verá defraudado-, humilde en el reconocimiento de los propios errores y tan profunda que parece dominada por el menos común de los sentidos: el sentido común. De hecho, para él, la gran pregunta que hay que contestarse al hacer o al ver cine es así de simple: «¿De qué trata la película?». Es la respuesta a esa pregunta la que determina el estilo de la película y su calidad, pues, según Lumet -que coincide en este punto con Kurosawa y con Tarkovski-, la belleza de una obra de arte radica en la «conexión orgánica con el tema» de todos sus elementos narrativos, técnicos y antropológicos.

En fin, la mirada de Lumet torna apasionante la lectura de este pequeño gran libro y lleva irremediablemente a concluir con él que, a pesar del durísimo y complejo trabajo que exige, eso de hacer películas «es el mejor oficio del mundo».

Jerónimo José Martín

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