Ane y Thomas van a divorciarse, pero todavía no se lo han dicho a sus hijas. Thomas tiene otra pareja y han comprado un piso, pero va retrasando la conversación, ante la impaciencia de Ane. Un día, Ane sufre un ictus y los planes cambian…
La danesa Jeanette Nordahl (Wildland y Memorias de una escritora) desarrolla el argumento que Isabel Coixet plasmó de manera maravillosa en su corto Bastille, en la película colectiva Paris je t’aime. Nordahl explora cómo en una relación congelada por la rutina y absolutamente exangüe, la realidad de los vínculos y la necesidad del cuidado pueden cambiarlo absolutamente todo. Paradójicamente, la vulnerabilidad transforma la visión de Thomas, la seguridad de Ane y las dinámicas de la pareja. Y no es que vaya a ser más fácil, es incluso más complejo… pero radicalmente diferente.
La película, por temática, ritmo y algún pasaje más explícito, demanda un público adulto y acostumbrado a un cine que se apoya en la elipsis y donde no hay grandes discursos. Los personajes –magníficos en sus interpretaciones– no hablan demasiado, especialmente Thomas. Pero hablan sus hechos, sus miradas y sus gestos. A pesar de su carácter de cine de minorías, hay mucha humanidad en la historia y es muy fácil que el espectador empatice con unos conflictos absolutamente identificables.
Al final, Volver a ti es un análisis lúcido sobre la necesidad del compromiso, el drama del divorcio y la repercusión en los hijos, y el valor de las segundas oportunidades. Una película que demuestra cómo muchas veces quererse es simplemente cuidarse.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta