Tribunal de menores

Tribunal de menores

TÍTULO ORIGINAL Juvenile Justice

PRODUCCIÓN Corea del Sur - 2022

DIRECCIÓN

PÚBLICOJóvenes-adultos

CLASIFICACIÓNViolencia

ESTRENO25/02/2022

EPISODIOS10 capítulos de 60 min.

PLATAFORMAS

“En Corea del Sur hay 3.300 jueces, pero solo 20 de ellos trabajan en un tribunal de menores. Esos 20 jueces juzgan a 30.000 delincuentes juveniles cada año. En el tribunal de menores puede estar presente un asistente legal, pero no un fiscal. Es el juez el que hace las preguntas a los acusados y decide si quedan en libertad condicional. En ese momento es cuando empieza realmente su trabajo”. Así, después de un comienzo impactante, es como la serie presenta la verdadera trama y a la protagonista de la narrativa: la jueza Shim.

En Corea del Sur los tribunales de menores no existen como tales, sino los juzgados de familia, algo que podría representar una crítica, pero que, en realidad, es solo una licencia narrativa. Lo que realmente cuenta la serie es que los menores pueden ser víctimas y verdugos con la misma crudeza, y que cada caso ha de juzgarse desde una óptica diferente.

Son tres los personajes principales: la jueza Shim (Kim Hye-Soo), el juez Cha (Kim Mu-Yeol) y el veterano juez Kang (Lee Sung-Min). Los tres actores son muy populares por su participación tanto en series como en películas surcoreanas (El gran golpe; Illang: La brigada del lobo). Curiosamente el director de la serie, Jong-Chan Hong, se había especializado hasta ahora en registros muy distintos al de Tribunal de menores, como la comedia romántica o el drama familiar. Tal vez por eso la serie funciona con tanta eficacia en el retrato psicológico de los personajes, sin dejar que el morbo de los crímenes anule sus capacidades emocionales y su desarrollo personal.

La temática de esta serie ya había sido tratada otras veces en películas como la polaca Patio de Menores (una visión de lo más despiadada y enfermiza), o la catalana Los niños salvajes, que aportaba más luces, aunque no acababa de ser todo lo convincente que debería. Aquí no hay un único mensaje, pero sí una orientación clara: el entorno en el que un niño crece es crucial para entender su crecimiento en la adolescencia y los conflictos que pueden llevarle a cometer un crimen.

En esta ficción se resaltan dos de las características esenciales de este país, cada vez más occidentalizado: su máximo respeto hacia los mayores y el excesivo valor que se otorga a los estudios. Estos dos factores serán fundamentales para entender los casos que muestra la serie, y las carencias y virtudes de una sociedad que pretende utilizar el derecho para reconstruirse.

 

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