Dos chavales judios escuchan de labios de su madre el relato de la creación del mundo. Su padre asiste escéptico; le preocupa mucho más como pagar a los voraces recaudadores romanos. El menor tiene pánico a la oscuridad.
Sí, los chavales son Santiago y Juan, y los padres, Zebedeo y Salomé.
Esta película recorre la vida de Jesús a través de los ojos de Juan, el más joven de los apóstoles que combina unas insaciables ganas de divertirse con, después, un entusiasta amor por su maestro.
Estamos ante una cinta catequética, muy fiel en todo momento al texto de los Evangelios, con una narración ágil y cronológica que facilitará seguir la historia al público infantil, que es el al que principalmente va dirigida.

La animación es sencilla pero hay fragmentos muy emocionantes, otros divertidos y, al final, el resultado es notable.