El régimen de Kim Jong-Un es uno de los referentes más utilizados en las series y películas actuales, pero probablemente este documental sea el que más lejos llega en la encarnación de las víctimas de este totalitarismo. La familia protagonista tiene que mantenerse en el anonimato, al igual que el cámara que les sigue en su intento por salir del país cruzando China, Laos, Vietnam, Tailandia…
La documentalista Madeleine Gavin tiene una caligrafía especialmente sensible para retratar las situaciones límite y la barbarie sistémica de algunos países, como ya mostró en City of Joy, el documental de Netflix sobre las mujeres víctimas de violencia sexual en Congo, o What I Want My Words to Do to You, sobre un taller de escritura para mujeres en el correcional de Bedford Hills (Nueva York).
Beyond Utopia combina la historia de una familia con la de todo un país, con un uso de la animación que permite contar el horror de una manera sutil y elíptica, pero igualmente sobrecogedora. A lo largo de la película, estos insertos explicativos sobre la falta de libertad en Corea del Norte ayudan a entender los riesgos que asume la familia, al poner en juego vidas tan vulnerables como las de la abuela o las dos pequeñas hijas del matrimonio. El documental mueve a la reflexión sobre el valor de la propaganda y el control de un país que lleva a situaciones que parecen increíbles. Igualmente, resultan entrañables las reacciones de los protagonistas ante los primeros atisbos de libertad, especialmente en esa bendición de la mesa en que por primera vez se acude a la protección de Jesucristo y no del temido dictador norcoreano.
