Cuarta entrega de las aventuras de la famosa pareja de policías Riggs y Murtaugh. Richard Donner y su guionista Channing Gibson elaboran una trama sencilla, pero algo diferente. Un grupo de la mafia china trae compatriotas ocultos en cargueros para usarlos como mano de obra barata. Mientras tanto, Murtaugh va a ser abuelo y Riggs debe sentar la cabeza para asumir su paternidad.
La serie sigue disfrutando de buena salud. Los diálogos y las bromas son graciosos, y las secuencias de acción, de antología. Donner evita los caminos más trillados del género, dándole una nueva vuelta de tuerca. Puro entretenimiento, sin más pretensiones.