«La Tierra Santa sin cristianos sería un museo de piedras muertas»

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Emil Salayta, director de las escuelas del Patriarcado latino de Jerusalén
Si después de besar la tierra de tantos países, el Papa no ha besado aún la de Tierra Santa, no es porque no quiera, ni porque Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, no le haya invitado. Lo que falta es que la Iglesia local considere que se dan las condiciones indispensables para la visita e invite al Papa. Cosa que el Patriarca latino de Jerusalén, Michel Sabbah, no desea hacer mientras las autoridades de Israel sigan impidiendo a los palestinos entrar con libertad en la Ciudad Santa. La difícil situación de los palestinos en una región sin auténtica paz, la emigración de cristianos y las iniciativas para contenerla por parte de la Iglesia son temas de esta entrevista con el sacerdote católico Emil Salayta, director de las escuelas del Patriarcado latino de Jerusalén para Israel y Jordania.

El padre Salayta (33 años) nació en una tribu beduina del sur de Jordania, y en este país fue ordenado sacerdote en 1989. En uno de sus viajes para impulsar las iniciativas educativas y de desarrollo del Patriarcado latino, ha pasado por España. En Madrid, en la sede de la Fundación Promoción Social de la Cultura, con quien el Patriarcado tiene proyectos de cooperación en marcha, tiene lugar la entrevista.

– ¿Cuántas escuelas dependen del Patriarcado?

– El Patriarcado cuenta con 43 escuelas en Jordania, Cisjordania e Israel, con 18.000 estudiantes y 1.053 profesores. Por ahora no hemos previsto aumentar el número de escuelas, sino mejorar las que tenemos, porque algunas carecen de bibliotecas, laboratorios de ciencias, mapas y material básico. Con la Fundación Promoción Social de la Cultura se va a construir de nueva planta una escuela en el norte de Cisjordania (Zabadeh) que abarque todos los niveles educativos, y donde se impartan clases en horario nocturno para adultos. Otro proyecto, financiado a través de Manos Unidas, es un jardín de infancia nuevo. También estamos buscando fondos para un futuro programa de formación de nuestros profesores, puesto que la mayoría no han tenido una preparación profesional específica, si bien muchos llevan quince o veinte años dando clase. Con la Fundación Promoción Social de la Cultura, tenemos cinco proyectos en el ámbito educativo y de desarrollo en Palestina [

Musulmanes y cristianos en la misma escuela

– ¿Asisten a sus escuelas alumnos cristianos, musulmanes y judíos?

– Nuestras escuelas están abiertas a los alumnos de todas las religiones. El curso pasado, en Palestina, el 50,6% de nuestros alumnos eran musulmanes; en Jordania, los alumnos musulmanes eran el 34%, y en las cinco escuelas que tenemos en Israel, el 26,3%. Estos porcentajes se corresponden con la población de los pueblos donde están implantadas las escuelas. Católicos y musulmanes reciben juntos todas las asignaturas. No es lo mismo en las escuelas que tiene el Patriarcado en Israel, donde no hay niños judíos, bien porque no viven judíos en la zona, bien porque tampoco los judíos están dispuestos a acudir a nuestras escuelas.

– ¿Cómo se respeta la libertad religiosa de los alumnos?

– Para respetar los cultos, los días festivos de las escuelas son los viernes (descanso entre los musulmanes) y los domingos. La enseñanza de la religión es la única asignatura que los alumnos reciben por separado: van por un lado todos los cristianos (latinos, melquitas, greco-ortodoxos…), y por otro los musulmanes. Pero la atmósfera general de los colegios es cristiana: hay cuadros de la Virgen y crucifijos en las aulas, se reza por la mañana y todos los alumnos leen el Evangelio (para los musulmanes, Jesucristo es un gran profeta). No intentamos convertir a nadie porque los musulmanes no pueden elegir cambiar de fe. Lo que nosotros hacemos forma parte de la estrategia para edificar una nueva sociedad: cuando cristianos y musulmanes crecen juntos y se hacen amigos, se asegura que mantendrán luego las buenas relaciones.

Los palestinos cristianos emigran

– En el terreno educativo, ¿qué iniciativas hace el Patriarcado latino para promover la paz?

– Hace tres años introdujimos la enseñanza de hebreo en algunas de las escuelas que lleva el Patriarcado en Cisjordania. Son las únicas escuelas de zonas ocupadas donde se enseña hebreo. Se trata de que la gente esté preparada para construir la paz. En general, en Palestina hay muchas iniciativas para promover la paz, pero no ocurre lo mismo por parte de Israel.

– ¿Hay suficientes sacerdotes y nuevas vocaciones en el Patriarcado?

– Para atender la diócesis de Jerusalén hay suficientes sacerdotes, aunque no podría dar un número exacto, porque hay muchas congregaciones católicas e Iglesias orientales. En el Patriarcado somos 83 sacerdotes que trabajamos en Jordania, Cisjordania, Israel y Chipre. Hay un único seminario en Beir Jala, cerca de Belén, donde estudian 29 seminaristas en las Facultades de filosofía y teología, más 60 alumnos en el seminario menor. También hay dos seminarios internacionales, llevados por los franciscanos y por los salesianos.

– ¿Es alta la natalidad entre los palestinos?

– Sí, especialmente en Gaza. Muchas familias de palestinos musulmanes tienen hasta diez hijos. Entre los palestinos cristianos hasta hace pocos años la familia tenía, de promedio, cinco hijos. Ahora las familias cristianas son menos numerosas. La diferencia con los musulmanes se debe a que las familias cristianas tienen un mayor nivel cultural y se preocupan más por la educación de los hijos. Y como la situación económica empeora, tienen menos hijos. Entre los judíos la natalidad es más baja [la tasa de fecundidad por mujer en 1997 era de 2,75], pero el gobierno de Israel toma medidas políticas y fiscales para fomentar la natalidad.

– ¿Cómo actúa el Patriarcado ante la fuerte emigración de los cristianos?

– La emigración es nuestro principal problema. El número de cristianos está decayendo rápidamente. Ahora los cristianos en Israel, Jordania y Palestina son alrededor del 2% (en Israel hay unos 250.000, en Palestina 50.000 y en Jordania unos 300.000). A principios de siglo la población cristiana en estas tierras era el 20%. La causa principal de la emigración es la discriminación que sufren los palestinos. Muchos no ven con esperanza el futuro y se marchan. Por eso desde el Patriarcado animamos muchos proyectos de desarrollo, educación y creación de puestos de trabajo.

He estado en la Agencia Española de Cooperación Internacional presentando un proyecto de viviendas. Muchos palestinos no pueden casarse porque no tienen donde vivir. No ocurre lo mismo con los israelíes, que están construyendo miles de viviendas con el dinero de organizaciones judías de Estados Unidos…

Lo absurdo es que el 35% de los asentamientos judíos son viviendas que están vacías. Los asentamientos no se construyen por necesidad, sino para crear una situación de hecho en la tierra palestina. Para nosotros es vital detener la emigración cristiana, porque la Tierra Santa no tiene sentido sin cristianos: se convierte en un museo de piedras muertas.

Ni proceso ni paz

– ¿Es posible que mejore pronto el debilitado proceso de paz?

– En Palestina no hay paz. Desde la conferencia de Madrid y el acuerdo de Oslo, Israel está haciendo mucha propaganda. Pero estamos bajo la ocupación israelí, que se nota diariamente. Continúan la demolición de casas, los encarcelamientos de gente (hay 5.000 presos políticos), la confiscación de tierra a los palestinos, los asentamientos judíos programados para cambiar la estructura demográfica, la destrucción de la economía y el enclaustramiento de la población: los palestinos no pueden entrar a Jerusalén o a Israel para rezar, para trabajar o para ir al médico. Hay gente que muere porque no tiene un hospital cerca, y se requiere un permiso para acceder a uno en territorio de Israel. A los cristianos de Belén y Ramalah no se les permite, por ejemplo, visitar el Santo Sepulcro y los lugares sagrados si no tienen un permiso especial. La paz es una paz cosmética. Los palestinos están frustrados, especialmente desde el gobierno de Netanyahu. La Intifada podría comenzar en cualquier momento, a menos que los israelíes cambien su política. Hay odio y afán de revancha por las dos partes.

– ¿Qué papel juegan los partidos judíos religiosos en el Parlamento? El año pasado introdujeron un proyecto de ley para prohibir el proselitismo cristiano y la publicación o posesión del Evangelio…

– Para contar con su apoyo parlamentario, el gobierno actual cumple una parte del programa de los pequeños partidos religiosos, que piden más asentamientos, más confiscaciones de tierra… Es el precio que paga el gobierno, y que pagamos los palestinos. El proyecto de ley a que se refiere trataba de prohibir la evangelización y cualquier contacto religioso de cristianos con judíos. No ha sido aprobado ni creo que vaya a serlo. Hay que tener en cuenta que la Iglesia lleva siglos en Tierra Santa.

Condiciones para el viaje del Papa

– La Unión Europea está aportando mucho dinero para el desarrollo del pueblo palestino.

– Esperamos que los países europeos presionen a Israel para que se haga más justicia, porque los palestinos no confían en la Administración norteamericana, que está llevando la voz cantante. Ésta apoya claramente a Israel, y habla su mismo lenguaje, el de la seguridad por encima de todo. La actitud de la Santa Sede y del Patriarcado es que se consiga paz y justicia para las dos partes. En este caso, la justicia para los palestinos es que se reconozca su propio Estado y su identidad para el futuro.

– ¿Recibe el Patriarcado dinero de la Autoridad Nacional Palestina, pues las ayudas económicas de la Unión Europea para Palestina no son nada despreciables?

– No, no recibe ninguna financiación de las autoridades palestinas en el terreno de la educación o del desarrollo. Vivimos de las donaciones de particulares.

– El Papa quiere visitar Tierra Santa y también le ha invitado Netanyahu. ¿Qué más hace falta para que se produzca esa visita?

– Al Papa le gustaría ir a Israel y Netanyahu también lo desea. Pero el Papa no visita un país sólo por invitación del Estado, sino por invitación de la Iglesia local. Monseñor Sabbah dice que invitará al Papa cuando los cristianos de Palestina puedan visitar Jerusalén libremente. Es preciso que acabe el cierre en Cisjordania y que haya paz. Si los cristianos de Belén no pueden visitar Jerusalén sin trabas, ¿cómo invitar al Papa? ¡Incluso hay sacerdotes del Patriarcado que no han obtenido permiso para ir a ver al Patriarca en Jerusalén!

– Pero, con motivo del Jubileo del año 2000, quizá se entendería mejor, por parte de los cristianos, que el Papa peregrinase a Tierra Santa.

– Sin duda es una gran ocasión. Pero esperamos que mientras llega la fecha, la situación cambie. De otro modo, la visita podría provocar más desilusión que ánimo. Al menos debería terminar el cierre actual de las fronteras. Hay que tener en cuenta que hoy todo palestino necesita un permiso militar para entrar en Israel o Jerusalén. Se lo darán por un día si tiene una razón médica, o necesidad de hacer alguna gestión administrativa… Pero muchas veces no se concede. Los israelíes tienen listas de gente a la que no permiten la entrada. Y siguen sus criterios: por lo general permiten entrar a mujeres y no a los hombres, sobre todo a los menores de 35 años. Pero estas restricciones no son legales, porque la comunidad internacional no reconoce la ocupación israelí de Cisjordania (1).

La estrategia de la ocupación en Jerusalén

– ¿Cómo ha pasado Jerusalén de ser mayoritariamente palestina a tener una mayoría de población judía?

– En los años 70, Teddy Kollek, como alcalde de Jerusalén, empezó una estrategia política para modificar la demografía de la ciudad, entonces mayoritariamente palestina (cristianos y musulmanes). Kollek empleó varios mecanismos: confiscar propiedades a los palestinos y convertirlas en zonas verdes o no edificables, construir nuevos asentamientos judíos o negar a los palestinos los permisos de construcción que necesitaban para ampliar sus hogares. De esta manera se conseguía que, al crecer la familia, sus nuevos miembros tuviesen que marcharse a vivir a pueblos palestinos fuera de Jerusalén Este. Al marcharse, las autoridades israelíes les retiraban el documento de «residentes» en Jerusalén Este, que les evita pedir permisos especiales para entrar en la ciudad, como tienen que hacer el resto de los palestinos. El nuevo alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, sigue aplicando esta política de control demográfico, y el número de palestinos continúa disminuyendo. Se siguen derribando viviendas sin previo aviso. Actualmente, la mayoría de la población de Jerusalén y de los alrededores es judía. Y se da la paradoja de que un palestino que se ha visto obligado a dejar la ciudad para poder vivir pierde su documento de residente en Jerusalén, mientras que un judío que vive en Rusia sí puede conservarlo.

Por otra parte, el cierre de fronteras hace que siga aumentando la alta tasa de desempleo entre los palestinos. En cambio, las autoridades de Israel han permitido la entrada de unos 300.000 trabajadores de Rumania y Filipinas para que ocupen empleos que no quieren dar a los palestinos.

– Da la impresión de que los palestinos están bajo una bota poderosa y de que no nos enteramos.

– Los cristianos en Tierra Santa se sienten olvidados por el resto de los cristianos. Es importante fomentar las peregrinaciones, pero también es imprescindible que la gente entre en contacto con la población palestina cristiana. De este modo crecerá la solidaridad cristiana. El problema es que Israel también controla el turismo. A los turistas se les dice que es peligroso ir a pueblos palestinos, con lo que es muy raro el contacto con cristianos palestinos. Además, así las divisas se quedan en Israel. Con la excusa de la inseguridad, las agencias organizan los viajes a Belén para el mínimo imprescindible de horas. Los palestinos no pueden trabajar como guías turísticos en Israel. Y a las agencias de viajes palestinas se les dificulta entrar con grupos de turistas en Jerusalén, para asfixiar el negocio turístico palestino.

José María GarridoProgramas en marchaLa Fundación Promoción Social de la Cultura desarrolla con el Patriarcado Latino de Jerusalén cinco programas:* Programa de capacitación para jóvenes palestinos en el Centro de Formación de Bir Zeit (Palestina). Este proyecto quiere paliar el escaso apoyo educativo que reciben las mujeres más allá de la enseñanza obligatoria. Se trata de impartir cursos de Formación de Secretariado en el Colegio Latino de Bir Zeit a 200 mujeres. También funciona allí un Centro Socio-Cultural que ofrece varios cursos de idiomas e informática, a la vez que favorece la convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes. Un total de 800 miembros participan en las actividades.* Dotación de una Biblioteca en la Escuela de Bir Zeit (Cisjordania). Se trata de dotar la biblioteca de esta escuela del Patriarcado Latino, fundada en 1858, en colaboración con la Fundación Cánovas del Castillo. En Palestina apenas hay bibliotecas públicas.* Programa de Capacitación Profesional en Gaza. 160 alumnos participan en este programa, en el que se imparten cursos de idiomas, informática y secretariado.* Construcción de una nueva Escuela-Centro de Recursos en Zabadeh (Palestina). El objetivo es construir en 22 meses un nuevo colegio, mejor dotado que el actual, para poder atender todas las peticiones de escolarización que tiene Zabadeh, una pequeña ciudad al norte de Cisjordania. Además de los 600 alumnos actuales, se beneficiarán del proyecto otros 400 nuevos.* Programa de Capacitación Profesional en Madaba (Jordania). Enseñanzas de secretariado en dos cursos para 150 alumnos, junto con clases de idiomas e informática en una escuela para 700 estudiantes._________________________(1) Cfr. servicios 24/97: «El Vaticano resiste la presión israelí sobre Jerusalén», y 161/97: «La Iglesia católica obtiene reconocimiento jurídico en Israel».

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