Récord de bautismos de adultos en Francia

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En la reciente vigilia pascual, más de 7.000 franceses mayores de 18 años fueron bautizados en la Iglesia católica: un 30% más que el año pasado y el número más alto registrado hasta ahora. El aumento ha sido especialmente fuerte entre los jóvenes, de modo que la edad media de los neófitos ha bajado de 40 a 30 años en el último decenio.

La Conferencia Episcopal francesa publica datos bastante detallados sobre los catecúmenos que se bautizan cada año. Son un número significativo desde principios de siglo, con una tendencia general ascendente hasta una importante baja en 2021, como cabía esperar después de la paralización de actividades por la pandemia.

Los bautismos de adultos no compensan el descenso de los de niños. Justo antes de la pandemia, los niños bautizados estaban en torno a 185.000 anuales, la mitad que en 2000.

En cambio, la curva hacia arriba de los bautismos de adultos se ha hecho más pronunciada últimamente. El aumento de este año, hasta 7.135, viene después de otro similar, del 27%, en 2023. Catherine Chevalier, directora del Servicio Nacional de Catequesis y Catecumenado, cree que “no se trata de una recuperación [tras la pandemia], sino de una tendencia de fondo”.

La mayoría de los adultos que reciben el bautismo son mujeres: el 62%, proporción que se mantiene estable año tras año. La mayor parte (385) son de extracción social media-baja. El 23% son estudiantes.

En cuanto a sus orígenes religiosos, predominan las personas de tradición cristiana: el 61%. El segundo grupo, y el que más ha aumentado este año, hasta alcanzar el 24%, es el de quienes provienen de familias y ambientes sin religión ninguna. Hay además un 5% que eran musulmanes.

“Los jóvenes abordan la cuestión de la fe de manera más desacomplejada que las generaciones precedentes”

Por edades, los más numerosos siguen siendo los de 26-40 años, que suman el 43%. Pero los jóvenes (18-25 años) son los que más han aumentado, de modo que han pasado de casi un tercio en 2023 al 36% este año. Más aún, un 50%, han crecido los bautismos de adolescentes (11-17 años), que se cuentan aparte de los 7.135 de adultos. En 2024 han sido 5.025 (antes de la pandemia no llegaban a 800 anuales), dos tercios de ellos, chicas. Además, esta vez son más los del segundo tramo de edad (14-17 años).

Esta expansión de la fe entre los jóvenes parece sorprendente en una sociedad donde el 80% de ellos no recibe formación religiosa. Pero a la vez, observa Catherine Chevalier, hoy “los jóvenes abordan la cuestión de la fe de manera más desacomplejada que las generaciones precedentes”.

También en otros países, aunque no tienen estadísticas tan completas como las de Francia, se observa que aumentan los bautismos de adultos. En España eran muy raros hasta hace poco, pero la Conferencia Episcopal ha comenzado a contarlos. En el anuario correspondiente a 2022 (último publicado) figuran 11.270 bautizados con más de 7 años, dentro de un total de 159.000 (suma que supone un descenso del 37% desde 2013).

En Bélgica, los bautismos de adultos se han duplicado en diez años, y en esta Pascua han sido 362.

Y en la diócesis de Sydney (Australia) han registrado este año un incremento del 60% con respecto a 2021. En 2024 han sido bautizados 266 catecúmenos, mitad autóctonos y mitad inmigrantes.

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