Desde la crisis de los abusos sexuales, la Iglesia católica en EE.UU. ha comprendido que de nada sirve disimular los problemas. Ahora ha decidido afrontar algunos espinosos. El Vaticano ha intervenido para enderezar una “situación doctrinal y pastoral grave” en la principal conferencia de religiosas. Los obispos están dando la batalla también para defender la libertad religiosa y la objeción de conciencia, amenazada por algunas disposiciones de la reforma sanitaria. Y reconocen que hay que empezar por hablar claro de
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