La pérdida de la mayoría absoluta del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP en sus siglas turcas) en las elecciones parlamentarias del 7 de junio de 2015 ha llevado a algunos a proclamar el principio del fin de la era Erdogan y del predominio del partido islamista moderado que gobierna en Turquía desde 2002. En cualquier caso, el resultado abre un período de inestabilidad en la política turca, pues hace difícil, tal y como reconocía el propio presidente
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