Tras los ataques del 14 de agosto con camiones bomba contra los poblados de la comunidad yazidi en las cercanías de Mosul se advierte el propósito de hacer una “limpieza étnica” de minorías religiosas. Y se teme que el próximo objetivo sean los poblados con más cristianos en la zona de la llanura de Nínive.
Los ataques coordinados de cinco camiones bomba causaron la muerte de 250 personas y heridas a otras 350. Han sido los ataques más sangrientos en Irak desde el comienzo de la guerra. Las características de los ataques y el objetivo reflejan el estilo de Al Qaeda, que quiere expulsar por el terror a las minorías no sunitas. Los yazidi son una comunidad religiosa que mezcla elementos de religiones preislámicas y del islam, y están considerados como una secta herética.
Según fuentes de Mosul, citadas por AsiaNews, las bombas contra los yazidi forman parte de un plan de los extremistas wahabíes, que controlan la zona, para eliminar a todos los elementos que podrían obstaculizar su objetivo de crear un estado islámico.
“Empezaron con los chiítas y cristianos de Mosul -explican- y ahora van contra los yazidi”. Se teme que mañana dirigirán los ataques terroristas contra los poblados cristianos de la llanura de Nínive, donde no hay ningún control de las fuerzas estadounidenses ni del gobierno iraquí. La zona está hoy en manos de los extremistas que se han infiltrado en la policía y en el ejército, dicen estas fuentes.
Estos pueblos desprotegidos son una decena y en ellos viven 6.100 familias cristianas, muchas llegadas de Bagdad y de Mosul.