En las semanas siguientes a la euforia de las revoluciones de Túnez y Egipto, que algunos querían relacionar con los acontecimientos en cadena que barrieron la Europa comunista en 1989, se ha hablado mucho del modelo político turco como referente para las futuras democracias árabes. No se trataba sólo de planteamientos teóricos, sino que el gobierno islamista de Recep Tayyip Erdogan no quiso desaprovechar la ocasión para presentar la candidatura turca a la UE con un valor añadido: la de
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