Cada vez menos cristianos en medio del islamismo en auge en Palestina

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Los cristianos en los territorios de la Autoridad Palestina son apenas el 1,5% de la población. Su éxodo continúa, y no es fácil prever que su situación mejore tras la muerte de Arafat, cuyo respeto al cristianismo no se ha visto plasmado en realidades.

El 20% de los palestinos era cristiano en 1948 y todavía hoy lo es el 10% de los cinco millones de palestinos que viven en todo el mundo. Pero de los tres millones de habitantes del territorio de la Autoridad Palestina apenas 50.000 son cristianos: un número casi doble ha emigrado después de que estallara, hace cuatro años, la actual intifada. En 2001, dejaron de ser mayoría en Belén e incluso en Nazareth, controlada por los israelíes. En Cisjordania, los musulmanes boicotean los negocios cristianos (ver servicio 67/04). En Gaza apenas hay tres mil ortodoxos, doscientos católicos y algunas decenas de protestantes.

Graziano Motta, corresponsal de Radio Vaticano y «Avvenire» en Tierra Santa constataba (Zenit, 12-11-2004) la marginación que sufren los cristianos por parte de las autoridades palestinas, que les obligan a pronunciar profesiones de fidelidad a la intifada, y no les protegen frente a expropiaciones de sus casas, vejaciones a las mujeres u ofensas contra su fe.

El patriarca latino de Jerusalén, Michel Sabbah, había establecido una relación de amistad con Arafat, en cuyo entierro representó a la Santa Sede. A pesar de gestos como el de asistir a la misa de Navidad, Arafat no consiguió poner fin a los abusos contra cristianos. Incluso la carta constitucional aprobada por Arafat para el futuro Estado palestino contradice su simpatía hacia el cristianismo, ya que afirma el carácter islámico del Estado, en contradicción con el acuerdo de base firmado entre la Santa Sede y la OLP en 2000, a imitación del acuerdo firmado en 1993 entre la Santa Sede e Israel. Tales acuerdos afirmaban «la igualdad de todos los ciudadanos, independientemente de su fe religiosa, y el respeto de su libertad de religión y de conciencia».

Juan Pablo II, que se entrevistó 12 veces con Arafat desde 1982, prefirió pasar por alto todas estas dificultades tras la muerte del líder palestino el 11 de noviembre. En el mensaje de condolencia firmado por el cardenal Angelo Sodano, se pide en nombre del Papa por la paz en Tierra Santa «con dos Estados independientes y soberanos, plenamente reconciliados entre sí».

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