Movilización ciudadana en Hong Kong en favor del sufragio universal

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El 31 de mayo y el 4 de junio (15º aniversario de la matanza de la plaza de Tiananmen), miles de personas recorrieron las calles de Hong Kong en defensa de sus libertades políticas y en recuerdo de las víctimas de Tiananmen. La campaña en favor del sufragio universal ha mostrado la vitalidad de la movilización ciudadana, a pesar de que en los últimos meses diversas personalidades de la sociedad civil han tenido que dejar su trabajo o abandonar el territorio por presiones del poder.

La ex colonia británica es el único territorio chino donde es posible rememorar la matanza de 1989, que la versión oficial sigue considerando como «supresión de un movimiento contrarrevolucionario». Szeto Wah, organizador de las manifestaciones y presidente de la Alianza en Defensa de los Movimientos Democráticos Patrióticos, eligió para estas manifestaciones -y para la que se celebrará el 1 de julio- el lema de «devolver el poder al pueblo».

La decisión tomada en abril por el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular de China (ANP), a resultas de la cual Hong Kong no podrá elegir gobernador en 2007 y tampoco una asamblea por sufragio universal en 2008, supone para Wah una violación del principio «un país, dos sistemas» que fue condición del «regreso de Hong Kong a la madre patria» en 1997. La Ley Fundamental de Hong Kong establece que los ciudadanos elegirán al gobernador y al parlamento regional, pero no fija un calendario, de modo que la decisión del Comité Permanente de la ANP es en rigor un «todavía no»: sólo la mitad de los 60 diputados regionales serán elegidos por los ciudadanos en septiembre.

En un comunicado aparecido en el diario Apple Daily, 400 profesores universitarios exigían el respeto a la «libertad de palabra» frente a la «presión autocrática y política» de Pekín que recientemente llevó a dimitir a tres presentadores de programas de radio.

El obispo católico de Hong Kong, monseñor Joseph Zen Ze-Kiun, confirmó su asistencia a la manifestación en recuerdo de los muertos de Tiananmen y a la del 1 de julio «sin odio en el corazón», y animó a los fieles a unirse a estas iniciativas «a favor de la justicia y de los derechos humanos». El presidente de la Asociación Budista de Hong Kong, Sik Kok Kwong, invitó por el contrario a no participar en la manifestación del 1 de julio.

Mons. Zen se ha movilizado recientemente también en defensa de la libertad de enseñanza. El gobierno de Hong Kong quiere aprobar una ley que pondría el control de los centros en manos de «comités de gestión conjuntos» formados por estudiantes, padres y «representantes sociales». El obispo considera que esta norma vulnera la Ley Fundamental de Hong Kong, porque no respeta «la misión y el ideario» de los promotores de las escuelas, según explicó en anuncios publicados en seis periódicos. La mayor parte de las personalidades de la vida cultural, política y económica de Hong Kong han estudiado en alguna de las escuelas católicas del territorio, que gozan de gran prestigio.

El desarrollo económico de Hong Kong no se ve de momento afectado por las turbulencias políticas: el PIB aumentó en el primer trimestre de 2004 un 6,8% respecto al mismo periodo de 2003. Es la tasa de crecimiento más alta de los últimos tres años.

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