La llegada masiva de refugiados, y no el “Brexit” ni la crisis institucional de la zona euro, es la mayor amenaza para Europa, advierte el politólogo búlgaro Ivan Krastev, presidente del Centro de Estrategias Liberales de Sofía y directivo del Instituto de Ciencias Humanas de Viena. Así dice en su último libro, After Europe, cuya versión francesa, Le destin de l’Europe, reseña Frédéric Lemaître en Le Monde.
Para Lemaître, esta obra de Krastev es “el mejor análisis que se ha publicado del estado actual de Europa”. La crisis migratoria, más que otros factores, pone en peligro la unidad europea. Según Krastev, los refugiados son los revolucionarios del siglo XXI, que, en virtud de la globalización, cambian de país, ya que no pueden cambiar de gobierno. Se cumple lo que predijo Raymond Aron: “La desigualdad entre los pueblos adquiere el sentido que en otro tiempo tenía la desigualdad entre las clases”.
La llegada masiva de refugiados pone en tela de juicio el modelo liberal europeo y causa una división entre el este y el oeste en el interior de la UE. “No creamos –comenta Lemaître– que los dirigentes populistas húngaros y polacos son impopulares. Hasta la crisis de los refugiados, los europeos del este confiaban más en Bruselas que en sus gobiernos. Hoy sucede al revés: apoyan a sus gobiernos, principalmente contra la política de cuotas de refugiados”.
Krastev lo explica de esta manera: “La prontitud con que Alemania abrazó los valores cosmopolitas fue también un medio de escapar a la herencia xenófoba del nazismo, mientras que el anticosmopolitismo vigente en Europa central está en parte enraizado en una aversión al internacionalismo impuesto por los regímenes comunistas”. También se debe a que la oleada de extranjeros causa mayor recelo en los países de Europa central y oriental que están en declive demográfico y que acusan, en especial, la emigración de sus jóvenes.