Tres años después del colapso del comunismo en Albania, el culto religioso está renaciendo en este país de mayoría musulmana, que en 1992 se unió a la Conferencia Islámica de Naciones. Si en 1967 fue la primera nación que se declaraba oficialmente atea, ahora se reconstruyen mezquitas e iglesias, y se edifican hospitales y colegios confesionales.
Según cuenta una periodista de The Observer, en el país trabajan unos 450 misioneros de 70 Iglesias evangélicas (la mayoría americanas); hay al menos 200 monjas y 80 sacerdotes católicos, algunos más de los que contaba L’Osservatore Romano en abril de 1993 (entonces eran 61 sacerdotes y 155 religiosas). Por parte musulmana, cientos de mullahs han acudido desde países del golfo Pérsico.
En lo que se refiere a los templos, se han reabierto al culto 90 iglesias ortodoxas y hay varios cientos de iglesias católicas, muchas de ellas, simples casas prefabricadas. En los últimos dos años se han abierto más de 500 mezquitas. También han entrado en el país miles de ejemplares de la Biblia y del Corán durante el año pasado.
Una parte importante de los gastos de la expansión musulmana está corriendo a cargo de países árabes como Arabia Saudita, Irán, y Libia, que apoyan al gobierno especialmente desde el ingreso de Albania en la Conferencia Islámica. Así, además de la reconstrucción de mezquitas, se han podido fundar nuevos hospitales, colegios, talleres y hoteles, algunos de carácter confesional.
Por su parte, Juan Pablo II reorganizó la jerarquía católica del país a finales de 1992, con la consagración de cuatro nuevos obispos. La proporción de católicos -mermada por la persecución comunista desde 1945- es actualmente del 12%. En una población de 3,3 millones, el 68% de los albaneses se confiesan musulmanes, y alrededor del 20%, ortodoxos (ver servicio 3/93).