El mercado editorial español: muchos sellos, menos repartidos

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Ante la necesidad de hacer caja, el Grupo Prisa acaba de vender Santillana Ediciones Generales al Grupo Penguin Random House. Esto supone un paso más en el proceso de concentración que se ha dado en la industria editorial española, especialmente a partir de 1975.

La entrada de grupos multinacionales en España en los años 80 y 90 –como Bertelsmann, Havas, Mondadori, Hachette, Random House, etc.–, acabó por revolucionar una industria, hasta ese momento tradicional y casi artesanal, que ocupa ahora el cuarto lugar en la edición en el mundo y que supone en España el 1% del PIB. Este proceso de transformación lo describió muy bien Sergio Vila-Sanjuán en su ensayo Pasando página.

En la compra de Ediciones Generales, por 72 millones de euros, están incluidas solo las editoriales literarias del Grupo Santillana: las españolas Aguilar, Alfaguara, Punto de Lectura, Altea, Suma de Letras y Taurus. También han comprado las editoriales brasileñas Objetiva, Foglio y Fontanar. Santillana se concentrará en su negocio original, la edición de libros de texto para colegios, que el año pasado suponía el 87% de sus ingresos.

El objetivo de esta unión es impulsar la presencia del Grupo Penguin Random House en España y América Latina, especialmente en Brasil, el mayor mercado de América del Sur. También amplia su campo de acción a Portugal, donde no tenía presencia, y, como dice la nota de prensa emitida tras esta fusión por este grupo, “ampliará su penetración en el mercado hispanohablante de los Estados Unidos”.

Las editoriales pequeñas e independientes han dinamizado el sector, a pesar de su reducido volumen de negocio

Un poderoso gigante editorial
El Grupo Penguin Random House se creó en 2013 con la fusión de la multinacional alemana Bertelsmann (53% del accionariado) y el grupo británico Pearson, los propietarios de Penguin, que poseen el 47%. Las editoriales españolas que pertenecen a este Grupo son Plaza & Janés, Lumen, Mondadori (a partir de esta fusión pasa a denominarse Literatura Random House), Debate, Grijalbo, Nube de Tinta, Debolsillo, Montena, Conecta, Collins, Cisne y Rosa dels Vents (en catalán).

El nuevo grupo editará 15.000 libros al año. La nómina de autores tanto españoles como internacionales que forman ya parte de este Grupo es sobresaliente: Alice Munro, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, José Saramago, J.M. Coetzee, Orhan Pamuk, Doris Lessing, Günter Grass, Juan Marsé, Jorge Edwards, Guillermo Cabrera Infante, Javier Marías, Javier Cercas, Ken Follett, John Grisham, Stephenie Meyer, Kate Morton, Julia Navarro, Isabel Allende, Ildefonso Falcones, Arturo Pérez-Reverte, Marcela Serrano, etc.

Otro coloso: el grupo Planeta
El otro gran grupo editorial en España es Planeta, el sexto más grande del mundo, propietario también de medios de comunicación con ramificaciones en la televisión, radio y prensa, como suele ser lo habitual en los grandes grupos editoriales internacionales. Planeta es la propietaria también del Groupe Editis (segundo grupo editorial francés) y el Grup 62 (su sello catalán). Publica al año unos 6.500 títulos.

En formato digital sólo se han venido 80 millones de euros, frente a los 1.700 millones que lo han hecho en papel

Pertenecen al Grupo Planeta los sellos españoles Planeta, Espasa, Seix Barral, Destino, Temas de Hoy, Emecé, Crítica, Esencia, Minotauro, Martínez Roca, Zenith, Austral, Ariel, Paidós, Noguer, Booket. También el grupo es propietario del 50% del Círculo de Lectores y cuenta con una importante participación en la editorial Tusquets.

Huecos para los pequeños
Otro importante grupo es Hachette Livre, de propiedad francesa, que pertenece al Grupo Lagardère. En 2003 compró el Grupo Anaya, que era propiedad en ese momento de Germán Sánchez Ruipérez, fundador de la editorial. A este Grupo pertenecen las editoriales Anaya, Cátedra, Alianza, Pirámide, Tecnos, Bruño, Salvat, Larousse, Algaida, Bóveda, Vox y Xerais. El grupo tiene presencia internacional en Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos; edita al año cerca de 15.000 títulos y su cifra de negocio en el mundo es de 2.077 millones de euros.

Editoriales españolas importantes, de carácter mediano, son, por ejemplo, el Grupo RBA, La Esfera de los Libros, SM, Ediciones B (que pertenece al Grupo Zeta), Salamandra, Edhasa, Acantilado, Alba (del Grupo Prensa Ibérica), Pre-Textos, Anagrama (en proceso de venta a la italiana Feltrinelli), Siruela, Turner, Edaf, Renacimiento…

Como novedad, merece destacarse en los últimos años el papel que están desempeñando las editoriales pequeñas e independientes, que han dinamizado el sector, a pesar de su reducido volumen de negocio. Por destacar algunas, mencionamos Libros del Asteroide, Nórdica, Impedimenta, Minúscula, Periférica, Sajalín, Ediciones del Viento, Ático de los Libros, Menoscuarto, Gadir, Valdemar, Alpha Decay… Por la especialización, la variedad de temas y títulos que ofrece, la calidad, las numerosas traducciones, la internacionalización de la oferta…, la actividad editorial española resulta inabarcable.

Más de 800 editoriales
Con datos de la Federación de Gremios de Editores, hay en España más de 800 editoriales, la gran mayoría en Madrid y Barcelona. En 2013 se editaron cerca de 80.000 títulos con una tirada media de 3.349 ejemplares. El mayor número de títulos es para la literatura, El 77,90% de los libros editados lo han sido en castellano, el 12,6% en catalán/valenciano, el 2,3% en gallego, el 1,9% en euskera. La edición digital continúa su alza, aunque de manera moderada (en los datos oficiales, donde no aparece la omnipresente piratería). En formato digital sólo se han venido 80 millones de euros, frente a los 1.700 millones que lo han hecho en papel.

La Federación de Gremios de Editores de España divide a las 816 editoriales en cuatro grupos, sin dar nombres: Muy Grande (7 editoriales), Grande (20), Mediana (108) y Pequeña (681). De los 79.175 títulos publicados en 2012, el 40,3% lo han sido por editoriales Muy Grandes (22,7%) y Grandes (17,6%). En número de ejemplares editados, el porcentaje asciende al 60,8 % (31,7% Muy Grandes y 29,1%, Grandes).

La facturación por tamaño de empresa refleja los siguientes porcentajes. Las siete empresas más grandes (facturan más de 60 millones de euros) suponen el 37,9% de la cifra de facturación total y las 20 empresas grandes (que facturan de 18 a 60 millones de euros), representan el 24,8%. Las empresas medianas (entre los 2,41 a 18 millones) y pequeñas (0,3 a 2,4 millones), en conjunto, representan el 37,4% restantes.

En cuota de mercado, disminuyó en 2012 la de las editoriales muy grandes y aumentó la de las grandes y medianas. Este aumento se debe a que dos empresas que antes pertenecían al grupo de las muy grandes (más de 60 millones de euros) pasaron al de las grandes, en el que hay también 3 empresas menos que pasaron al grupo de las medianas.

El mercado manda
Al igual que ha sucedido en otros sectores culturales, cada vez existe más homogeneización en el consumo de productos culturales, extendiéndose así un modelo literario basado en criterios comerciales que acercan mucho la producción de libros a la elaborada fabricación de best-sellers internacionales. Este modelo de concentración editorial lleva consigo, además, el generalizado empleo de unos mismos temas literarios y técnicas estilísticas que, aunque multiplican la difusión de los autores más solicitados, imponen un modelo literario de éxito que los aspirantes a escritores suelen tener muy en cuenta.

Las siete empresas más grandes suponen el 38% de la cifra de facturación total

Las consecuencias de la progresiva concentración editorial afectan, pues, a la propia idiosincrasia de los escritores y al modo de gestionar las grandes multinacionales, donde los criterios económicos y de marketing están muy por encima de los literarios, como muy bien advirtió el editor André Schiffrin en su interesante y profético ensayo La edición sin editores. La literatura pasa a formar parte de la cultura internacionalizada del entretenimiento.

En manos delmarketing
Es cierto que los grandes grupos editoriales ofrecen una diferenciada oferta de sellos que abarcan numerosos temas, gustos y aficiones. Pero también es verdad que estos grandes grupos, apoyados en una poderosa red de distribución (cuentan incluso con sus propias librerías), en un polivalente marketing y en la publicidad que dan sus programados premios literarios, acaban marcando el ritmo editorial de un país, imponiendo sus tácticas y técnicas con las que suelen llegar a amplios sectores de la población.

Las editoriales pequeñas e independientes sobreviven de los resquicios que dejan estos grandes grupos, ofreciendo más calidad e innovación a unos lectores más literarios. Sin embargo, su visibilidad es escasa incluso entre la crítica literaria y su cifra de negocio es muchas veces ridícula. De ahí las numerosas defunciones de editoriales que comparten tiempo y espacio con el renovado entusiasmo de muchos jóvenes editores que se lanzan a una nueva aventura.

La incorporación de Santillana a Penguin Random House podrá ampliar la presencia de este gran grupo en el mercado hispanoamericano. Estos lectores tendrán también más posibilidades de acceder a los libros de los grandes autores de éxito en todo el mundo, comerciales y de prestigio literario. Pero comprobarán también que la oferta editorial impondrá a la larga los mismos hábitos y gustos culturales. Al final, este proceso consagra un único mercado, un único lector y los mismos best-sellers en todas las librerías del mundo.

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