Ron Bottitta

Una fallida superproducción de terror gótico, memorable por fuera y olvidable por dentro.
La calidad técnica de la animación y la fuerza narrativa del guión dan un producto espectacular, creativamente fiel a los cómics originales de Hergé.
Predecible y aburrida resulta la tercera parte de las aventuras de los robots que se convierten en coches o camiones.

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