Spielberg recupera el nivel de sus mejores obras con una sátira sobre la guerra fría y el espionaje que cuenta con habilidad un caso real. Oscar al actor de reparto (Mark Rylance).
En torno a un bar en los bajos fondos de Nueva York, donde se blanquea dinero de gánsteres, se mueven unos personajes que se van deslizando por la pendiente resbaladiza del crimen.