Marcos Ruiz

Daniel Monzón vuelve a reflejar el mundo de la delincuencia, en una película con exceso de metraje y violencia y un final artificioso.
Los famosos personajes de tebeo tienen una aventura en un severo internado. Notable película familiar, hecha con ingenio y buen gusto.
Un cuentecillo de poca monta que solo sabe hablar de sexo, de una manera obsesiva.

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