Tercera entrega de las conversaciones en torno al amor y la vida que mantienen una pareja, ahora en sus cuarenta y con heridas de fracasos sentimentales.
Con toneladas de nostalgia y reiterativas bromas sexuales, la película pinta a los numerosos miembros de un clan familiar post-generación del 68, y traba bien las anécdotas que configuran la historia.