Los hermanos Coen ofrecen aquí un inteligentísimo ejercicio de metacine, una hilarante historia, una sucesión de escenas brillantemente escritas… y, sobre todo, una emotiva carta de amor al séptimo arte.
En un país africano en cruenta guerra civil, la radio llama a la matanza de blancos, pero una mujer se niega a huir. Personajes poco definidos y una discutible manera de cerrar la historia deslucen el interesante argumento.