Álex de la Iglesia

Con una producción de lujo –marca HBO–, Álex de la Iglesia despliega, con exceso, todos los aciertos y desaciertos de su cine.
Tras una historia grotesca de brujas se esconde un ajuste de cuentas misógino por lo que los hombres sufren en el divorcio.
Fallida película, solvente en su factura pero con un libreto errático lleno de brutalidad.

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