Margaret Somerville

El deseo de evitar que nazcan niños con discapacidad genética está llevando a una creciente utilización del diagnóstico prenatal, que en caso de ser adverso acaba a menudo en aborto.
Las cuestiones éticas en torno a la reproducción asistida se han centrado hasta ahora en los derechos de los adultos. Pero se plantea cada vez más la de los derechos de los niños concebidos mediante esas técnicas.
El aumento del relativismo moral no ha llevado a una mayor libertad de discusión, sino a la creación de nuevos tabúes tanto en el ámbito universitario como en el campo de la medicina.
El biólogo norteamericano J. Craig Venter intenta “crear” en su laboratorio un viviente dotado del número mínimo de genes necesario para que haya vida. Este empeño suscita la pregunta de si podemos tratar la vida, aun la no humana, como un objeto más a nuestra disposición.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.