A pesar del esfuerzo de Netflix por producir una gran película de animación, no pasa de correctamente entretenida y acaba siendo una justificación muy simplista del divorcio.
Más de dos décadas después de “Gladiator”, Ridley Scott vuelve con esta nueva entrega, en la que consigue no repetirse y, en algunos aspectos, superarse.
Los dos policías rebeldes Mike Lowrey y Marcus Burnet se ven envueltos en una nueva trama de corrupción en esta película predecible, aunque entretenida.
Juan Carlos Unzué, entrenador de fútbol y paciente de ELA, sigue trabajando “en equipo” y animando a otros, desde la aceptación de una enfermedad que no le ha arrebatado la felicidad.