Guatemala: incidentes violentos por rumores sobre raptos de niños

publicado
DURACIÓN LECTURA: 3min.

Un rumor persistente en Centroamérica asegura que hay una red dedicada al rapto de niños que serían vendidos en Estados Unidos, para ser adoptados o, incluso, para extraerles órganos destinados a trasplantes. Este rumor se ha amplificado últimamente en Guatemala, donde ha dado lugar a varios incidentes violentos, con revueltas populares y ataques contra extranjeros, en un contexto de inestabilidad política. Pero no existen pruebas de que los rumores respondan a la realidad.

En marzo y abril el temor al rapto de niños ha provocado intentos de linchamiento de extranjeros en algunos pueblos. La víctima más grave es la norteamericana de 52 años June Weinstock, que se encuentra en coma tras el ataque sufrido en San Cristóbal de Verapaz. Cometió el «error» de sacar fotografías de niños del pueblo, en el momento en que una madre constataba con angustia la falta de su hijo, que reapareció poco después. La situación ha llegado a tal punto que Estados Unidos desaconseja a sus ciudadanos viajar al país y ha llamado a doscientos voluntarios del Peace Corps que están dispersos por las distintas provincias. En otros pueblos ha habido revueltas a raíz de habladurías sobre la aparición de cadáveres de niños, rumores desmentidos por las autoridades judiciales.

Fuentes diplomáticas afirman que los rumores se han agudizado en los últimos tiempos dentro de una campaña para desestabilizar al gobierno del presidente Ramiro de León Carpio.

En cualquier caso, es un rumor antiguo y recurrente. Incluso dio lugar a una resolución aprobada el 15 de septiembre de 1988 por el Parlamento Europeo, en la que se condenaba el supuesto tráfico de órganos de niños latinoamericanos en favor de familias de Estados Unidos. La resolución fue propuesta por la diputada comunista francesa Danielle De March, sobre la base de un informe de la Asociación de Juristas Demócratas. Los parlamentarios lo votaron sin debate y a mano alzada, sin reclamar una investigación independiente.

El voto provocó la protesta pública de la Administración norteamericana. El Departamento de Estado aseguró que el asunto se había originado a partir de algunos descubrimientos de tráfico de niños en Guatemala en 1987. Después fue propagado en toda Latinoamérica por la agencia soviética TASS.

Al informar de estas denuncias, Le Monde (23-X-88) explicaba lo que se había comprobado hasta entonces. El rumor tiene su origen en que en esa parte del mundo existían efectivamente organizaciones dedicadas a proporcionar niños para adoptar. En contra de lo que algunos creen en el extranjero, las motivaciones normalmente generosas de los padres adoptivos suelen estar mal vistas por las poblaciones latinoamericanas. No es menos cierto que algunas veces determinadas bandas han secuestrado niños con fines de lucro. La función de algunas casas de engorde de bebés indígenas, descubiertas en 1987 en Guatemala y Honduras, sería dar a los futuros adoptados una apariencia más presentable, antes de su venta.

En cuanto al sacrificio de niños con el fin de extraer órganos para trasplantes, nunca ha sido demostrado. Una investigación de la ONU no pudo descubrir hechos sustanciales. Le Monde explicaba que el asunto tenía pocos visos de verosimilitud por razones técnicas: «La mayoría de los trasplantes de órganos realizados en el mundo conciernen a adultos, a los que no se podrían implantar órganos extraídos de bebés. Por otra parte, los trasplantes están condicionados por una serie de exigencias inmunológicas, que hacen que el hecho de disponer de órganos humanos no asegure por sí solo la posibilidad del trasplante».

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.