El Consejo de Europa quiere proteger a los niños contra abusos y violencias

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La asamblea parlamentaria del Consejo de Europa aprobó el pasado día 5 la Recomendación 1934, sobre “El maltrato infantil en las instituciones: garantizar la plena protección de las víctimas”. Fue ponente la diputada socialdemócrata alemana Marlene Rupprecht. Aunque en su informe hacía las debidas matizaciones formales, quedaba muy negativo para la Iglesia católica, como subrayó en su largo contrapunto el diputado italiano Luca Volontè.

Éste acentuó también que el problema no debe reducirse en modo alguno a los posibles abusos que se han producido históricamente en instituciones, puesto que son más graves los que se dan en ámbitos familiares, y crece cada día más la pedofilia a través de Internet. Luca Volontè puso de relieve, por ejemplo, el excepcional trabajo que en este campo viene haciendo la policía española.

El documento del Consejo refleja expresamente su preocupación “por la magnitud de los abusos sexuales, físicos y morales sufridos en las últimas décadas por niños y adolescentes en los Estados miembros”. Esos problemas “persisten en diversos establecimientos, incluidos centros de enseñanza pública y privada, centros de acogida, instituciones correccionales para jóvenes delincuentes, asociaciones de ocio, y otros”. A juicio de la Asamblea, falta a veces determinación en las medidas adoptadas ante delitos contra menores, miembros más vulnerables de la sociedad.

En síntesis, sería preciso que todas las autoridades y las instituciones llevasen a cabo una revisión crítica de sus acciones, para tomar medidas más radicales, prestar asistencia a los afectados, y proteger a los niños en el futuro. Concretamente, algunos Estados deberían reforzar la legislación penal en este campo, siempre de conformidad con el artículo 19 de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, así como con la Convención europea sobre la Protección de los Niños contra la Explotación Sexual y el Abuso Sexual, que entró en vigor el 1 de julio de 2010.

La asamblea pide también medidas concretas respecto de los casos de maltrato infantil revelados más recientemente:

  • – garantizar la protección legislativa, actualizando las leyes vigentes y revisando los plazos de prescripción para que, al menos, no surtan efecto hasta que la víctima llegue a la mayoría de edad;
  • – identificar posibles fallas estructurales en las diversas instituciones y adaptarlas, si es necesario, con medidas que impidan abusos; fortalecer la supervisión externa de los establecimientos; mejorar la formación de los profesionales y voluntarios que trabajan con niños y adolescentes; establecer órganos neutrales e independiente a los que puedan acudir quienes se sienten amenazados, maltratados o testigos de abuso.
  • – aplicar una amplia gama de medidas, entre ellas: investigaciones sobre delitos cometidos en el pasado, para hacer plena justicia a las víctimas; así como para extraer lecciones para las acciones futuras necesarias;

Como es natural, el Consejo de Europa no excluye, aun incidentalmente, la importancia de forjar un ambiente familiar donde los niños se sientan queridos, apoyados y seguros. Pero más bien le interesa en cuanto les permita identificar cualquier acto de violencia como algo malo. Falta, en cambio, mayor énfasis en poner los medios para investigar sobre las causas reales del incremento de este grave problema en una sociedad cada vez más culta y desarrollada.

En fin, la Asamblea recomienda que el Consejo de Ministros invite a los gobiernos y parlamentos, y las demás organizaciones públicas o privadas interesadas, a participar y apoyar la campaña del Consejo de Europa para poner fin a la violencia sexual contra los niños, que será lanzada el 29 y 30 de noviembre de 2010 en Roma.

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