Compaginar profesión y vida de familia puede resultar tan arduo para los hombres como para las mujeres. La principal diferencia es que para ellas las dificultades consisten más bien en soportar la carga de la doble dedicación, mientras que a los maridos les detienen antes los obstáculos y el trabajo gana claramente la partida. En cierto modo, dicen los autores de un estudio publicado la semana pasada por el Boston College, los hombres con hijos afrontan una lucha semejante a
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