En la universidad, los laureles son para la investigación, y ningún profesor se lleva el Nobel por enseñar de modo genial. El Proyecto Minerva, fundado hace dos años en San Francisco, quiere remediar esta carencia. Sus responsables anunciaron, el pasado 22 de abril, que otorgarán un premio anual de 500.000 dólares a un miembro del cuerpo docente de cualquier institución del mundo que esté realizando un trabajo innovador en la docencia universitaria. La presentación de candidatos, que pueden ser de cualquier lugar del mundo, está abierta hasta el próximo 30 de noviembre. El premio se dará en mayo siguiente.
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