Sin la venia del obispo, no se puede ser profesor de Religión

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El Tribunal Supremo italiano ha confirmado que cuando un profesor de Religión pierde la idoneidad para enseñar otorgada por el obispo católico, debe abandonar este puesto. El caso se había planteado cuando a una profesora de Religión se le retiró la idoneidad por tener un hijo fuera del matrimonio.

En 1997 Simonetta D.S. obtuvo del obispo de Florencia la idoneidad para enseñar Religión en un centro de enseñanza secundaria estatal. Ya era madre soltera, con un hijo a su cargo. Según el Derecho Canónico, quien enseña Religión debe tener una conducta que no quite credibilidad a lo que enseña. Pero el obispo otorgó su venia, teniendo en cuenta que un error no es imperdonable. Simonetta volvió a quedarse encinta, sin casarse. El año siguiente el obispo le retiró la idoneidad. La profesora recurrió y perdió el caso en todas las instancias. Hasta llegar al Tribunal de Casación, que ha confirmado la legalidad de su despido.

La sentencia establece que, según los acuerdos entre Italia y la Santa Sede, el obispo «es la única autoridad legitimada para otorgar la idoneidad al docente». De modo que «la revocación de la venia comporta la revocación automática del encargo sin que se requiera una motivación particular».

Después de su despido, Simonetta ganó un concurso y se ha convertido en profesora de literatura.

La cuestión de la posible pérdida de idoneidad se tiene en cuenta en el proyecto de ley en trámite parlamentario que dará un contrato fijo al 70% de los 20.000 profesores de Religión que prestan sus servicios en los centros estatales (el otro 30% seguirá el régimen de contratos anuales). El texto, ya aprobado por la Cámara, prevé que si el obispo retira la idoneidad a un profesor de Religión, éste tendrá que dejar de enseñar Religión, pero el Estado se compromete a colocarlo en otro puesto: si cuenta con los requisitos académicos podrá ser profesor de otras materias o, si no, trabajar en tareas administrativas.

España: aumentan los alumnos que cursan Religión

Sobre una muestra de 4 millones de alumnos, que corresponden a 62 de las 69 diócesis españolas, en el presente curso hay casi 3,2 millones, un 78,71%, inscritos en la asignatura optativa de Religión. En conjunto (incluidos toda clase de centros educativos), se ha registrado un incremento del 2,6% en relación con el curso pasado.

En la escuela pública, los inscritos en la asignatura de Religión son 2,14 millones de alumnos (73,97%), un 5% más que en el curso anterior. El porcentaje crece en todos los niveles educativos: 87% en Educación Infantil, 85,95% (+0,8 puntos) en Primaria, 60,8% (+5) en Secundaria y 41% (+0,6) en Bachillerato. La Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal, en una nota de prensa, destaca el incremento en Educación Infantil y Primaria porque en esos niveles son los padres los que eligen. En Secundaria son los alumnos los que eligen, un 67,04% en primer ciclo, y un 54,72% en el segundo. En Bachillerato (la Religión existe como asignatura solo en primer curso), el ligero aumento es muy bien recibido por la Conferencia Episcopal porque indica interés, aunque las notas de Religión no cuentan ni para la selectividad ni para la obtención de becas.

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