Los centros públicos españoles pierden alumnos nacionales

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Con el comienzo de curso se ha reabierto en España el debate sobre la desigual distribución del alumnado inmigrante entre los centros públicos y los privados. Por segundo curso consecutivo, vuelve a subir el número de alumnos nacionales en la enseñanza preuniversitaria, aunque tímidamente. El alumnado que más crece es el inmigrante, al que corresponden tres de cada cuatro nuevas matrículas.

Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Educación, que abarcan los años 1994-2006, los centros públicos escolarizan a dos tercios del alumnado total, proporción prácticamente constante durante todo el periodo. Al principio, la distribución de los alumnos inmigrantes se movía también en torno a esa cifra. Pero después la proporción de alumnos extranjeros en los centros privados (tanto concertados como no concertados) ha ido disminuyendo desde el 30,5% en el curso 1994-1995 al 17,9% en el 2006-2007.

Hay quienes sostienen que la causa de la desproporción está en que los centros privados ponen filtros a la escolarización de inmigrantes, y abogan por establecer un reparto obligatorio. De hecho, la reciente Ley Orgánica de Educación dispone que los centros concertados deberán reservar un número de plazas, fijado por las comunidades autónomas, para los inmigrantes que lleguen con el curso empezado. La presidenta de la confederación de padres CEAPA, de carácter izquierdista, argumenta que, “para cambiar la tendencia, seguimos pidiendo que todos los padres soliciten plaza para sus hijos en oficinas centralizadas en cada municipio para que se les distribuya” (El País, 12-09-2007).

Pero Manuel de Castro, secretario general de la Federación Española de Religiosos en la Enseñanza (FERE), declara al respecto que los centros concertados no tienen ningún problema en asumir el porcentaje de alumnos inmigrantes que les corresponde, pero a la vez recuerda que no se puede imponer a los padres un centro educativo.

Reparto desigual

Además, el desequilibrio se debe en buena parte a que tanto la población inmigrante como los centros privados están desigualmente repartidos. Es cierto que existen colegios públicos en los que la tasa de extranjeros alcanza cifras superiores al 80%, pero también se da el mismo caso en centros concertados. Así ocurre en toda escuela situada en un barrio de inmigrantes, sea pública o concertada.

El caso es que las medias nacionales ocultan que existen grandes zonas con escasa presencia de centros privados. Y los datos del Ministerio sobre la distribución de alumnos extranjeros no distinguen entre centros concertados y el resto de los privados; pero pocos inmigrantes acuden a colegios sin concierto, pues no son gratuitos. Resulta ilustrativo, por eso, el caso de la Comunidad de Madrid, donde tanto la población inmigrante como las escuelas privadas se dan en número más elevado, y hay estadísticas separadas sobre los centros concertados.

En el curso 2005-2006, los colegios públicos de Madrid tenían el 54,4% de la población escolar total y el 74% de los alumnos inmigrantes. Como la enseñanza concertada tiene en Madrid más presencia registraba un porcentaje de extranjeros (19,4%) mayor que la privada (incluida la no concertada) de todo el país (18,6%), con menor parte del alumnado total (28%, frente al 33% de la privada en el conjunto de España).

Por otro lado, en los últimos años el desequilibrio ha aumentado no solo porque los colegios públicos reciban un número desproporcionado de inmigrantes, sino porque pierden alumnos nacionales. Desde 2003, la enseñanza privada crece tanto en estudiantes españoles como en extranjeros. En cambio, en la pública solo aumentan los extranjeros.

Parte de la explicación parece estar en que, como es lógico, las familias inmigrantes tienen menor conocimiento del sistema escolar y de los procedimientos para elegir colegio entre los gratuitos, públicos o concertados. Un ejemplo que puede aportar luz es lo ocurrido en el colegio público San Ildefonso, de Madrid. Allí los alumnos inmigrantes eran el 60% en el curso 2002-2003; la cifra descendió al 40% en el curso 2006-2007, después de que el centro adoptara la enseñanza bilingüe en inglés. El director señala que “si ofertamos algo de calidad, en este caso una educación bilingüe, como hacen muchos centros concertados, la demanda de plazas en el colegio sube. Si no das calidad o imagen de calidad, los españoles se van” (El País, 13-09-2007). De hecho, continuaba, tuvieron que dejar fuera un 50% de las solicitudes de admisión.

La fuerte concentración de inmigrantes, que por término medio es un alumnado más difícil de enseñar y más necesitado de atención, supone una dificultad adicional para la escuela pública. Pero no parece ser el factor determinante de sus peores resultados. Como revela un reciente estudio (Etefil 2005) del Instituto Nacional de Estadística, analizado en la revista Magisterio (5-09-2007), el fracaso escolar de la pública (33%) duplica de sobra el registrado en la concertada (13,9%). Pero los datos corresponden al curso 2000-2001, en que los inmigrantes no eran más que el 2% de la población escolar (ahora son el 8,4%).

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