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Evolución de la presencia de la mujer en la Universidad española

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En cincuenta años, de la minoría a la normalidad
En la Universidad española de hace cincuenta años, sólo el 13% de los estudiantes eran mujeres; hoy lo son el 52%. Entonces las profesoras representaban el 4% del cuerpo docente; ahora son un tercio del profesorado. Si hace medio siglo la inmensa mayoría de las alumnas estudiaba Letras, ahora se distribuyen en todas las carreras, aunque todavía estén menos representadas en las Técnicas. Algunos rasgos de esta profunda transformación se detectan en la vida del Colegio Mayor Zurbarán de Madrid, que acaba de celebrar su 50º aniversario.

Con fina ironía británica, el humanista Sir Thomas More escribía en 1518 a William Gonell, tutor de sus hijas: «Como la erudición de la mujer es algo nuevo y un reproche para la pereza de los hombres, muchos la atacarán de buena gana». Es posible que la observación del santo y lord canciller de Enrique VIII haya quedado anticuada, pero es cierto que muchas mujeres han tenido que romper poco a poco casi todos los cotos intelectuales, con la única fuerza de sus neuronas.

El largo camino de las pioneras

También costó que la Universidad española se abriera a las mujeres. Todavía en 1841, se dice que Concepción Arenal acudía como oyente a la Facultad de Derecho de Madrid disfrazándose de hombre. Aunque no obtuvo título oficial, llegó a ser una experta socióloga y penalista. En 1858 se inauguró la primera Escuela Superior de Magisterio, centro del que saldrían legiones de mujeres para ejercer una profesión, compatible con la atención del hogar, pero mal pagada (como las de administrativa, funcionaria o enfermera, a las que también se dedicaban muchas mujeres) (1).

Hacia finales de siglo, las pioneras en la Universidad española van obteniendo sus títulos: primera licenciada en Ciencias Exactas (1880), en Farmacia (1881), en Medicina (1882)… En 1888 se autorizó la matrícula femenina en la Universidad sin permiso previo del padre o del marido. Esta medida facilitó el trámite a las escasísimas alumnas que entonces frecuentaban las aulas. En 1910 se inició un lento despegue mediante la Real Orden dada por Alfonso XIII, que significó un acceso más amplio de las mujeres.

Al final de la dictadura de Primo de Rivera, en 1930, las universitarias españolas representaban el 5% del total. Por entonces, destacaron Victoria Kent, del Partido Radical Socialista, primera mujer en ingresar en el Colegio de Abogados de Madrid, o Pilar Careaga, primera ingeniera industrial, que llegaría a ser alcaldesa de Bilbao durante la etapa franquista. En 1931 María Zambrano obtiene cátedra de Filosofía en la Universidad Central de Madrid.

La lenta pero ascendente incorporación femenina a la Universidad se debe a factores diversos: desde los ideológicos (la educación como vía de emancipación de la mujer), a los demográficos (al aumentar la esperanza de vida los hijos tardan en heredar y buscan una salida en la preparación profesional), hasta los sociales (importancia creciente de la clase media urbana, que ve en la Universidad un medio de mejorar su posición social). Por estos y otros motivos la proporción de mujeres respecto al total de alumnos alcanza en 1940 el 14%.

Residencias en el Madrid de los años 40

A mediados de los años 40, la Universidad Central de Madrid -actualmente Complutense- se consideraba el centro de enseñanza superior más importante de España. Escasos eran los Colegios Mayores y Residencias universitarias que alojaban a estudiantes de «provincias». Existían, por ejemplo, el Moncloa y el César Carlos para chicos, y el Santa Teresa, residencia femenina estatal, vinculada antes de la guerra al Instituto Internacional norteamericano y a la Institución Libre de Enseñanza.

Desde 1946, la Residencia Universitaria Zurbarán, situada en la calle del mismo nombre, fue la primera labor apostólica de mujeres del Opus Dei, impulsada por el Beato Josemaría Escrivá. En 1948 se hizo cargo de dirigir la Residencia Gloria Toranzo, entonces recién licenciada en Clásicas: «La mayoría de las estudiantes de Zurbarán -recuerda- eran de Letras, salvo alguna de Bellas Artes y Ciencias; era un fiel reflejo de la presencia femenina en la Universidad española. En la Universidad de La Laguna, de donde yo procedía, mi hermana Esther era la única alumna de la Facultad de Derecho. También eran escasas las Residencias Universitarias, y sus actividades se centraban en seminarios de las asignaturas más difíciles de cada carrera; no poseían la proyección cultural y social que tienen ahora».

Para una estudiante en el Madrid de los años cuarenta, la Universidad significaba algo más que la posibilidad de conocer a su futuro marido o ampliar el círculo de amistades, aunque la relación entre las alumnas de Filosofía y Letras y los alumnos de Derecho, era constante, dada la cercanía de ambas Facultades. Por entonces, muchas mujeres no estudiaban para adquirir una cualificación profesional, puesto que la mayoría no iban a ejercer un trabajo extradoméstico; el afán de poseer unos estudios superiores, explica Gloria Toranzo, respondía al perfil de chica de clase media interesada en ampliar su formación intelectual. Entre las mujeres jóvenes de clase alta no estaba bien visto acudir a las Facultades, pues se conformaban con una cultura de adorno (conocimientos básicos, música, protocolo).

De la postguerra a hoy, la presencia de mujeres en la Universidad ha experimentado un cambio radical. No sólo ha pasado de una tasa del 13% al 52% del alumnado, sino que son patentes los cambios en la distribución de matrículas: sigue habiendo muchas chicas en Letras, Derecho y Farmacia, pero ha aumentado sensiblemente su número en carreras sanitarias y técnicas.

En 1997 el 69% de los estudiantes de Medicina fueron mujeres, igual que el 60% de los médicos menores de 30 años. Además, mientras en 1975 sólo el 5% del alumnado de las Universidades Politécnicas era femenino, en 1995 fue el 27,3%, con mayor incidencia en Arquitectura e Informática.

La aportación del Zurbarán

Por lo que se refiere a los Colegios Mayores, sólo en Madrid existen hoy 60 y sus actividades aparecen diariamente en los periódicos.

La Residencia Universitaria Zurbarán adquirió rango de Colegio Mayor en 1967 y trasladó su sede a locales más amplios. En 1972, recibió la visita de Mons. Escrivá de Balaguer, su impulsor, que pocos días antes se había referido al mundo académico con estas palabras: «La Universidad no vive de espaldas a ninguna incertidumbre, a ninguna inquietud, a ninguna necesidad de los hombres. Al estudiar con profundidad los problemas, remueve también los corazones, espolea la pasividad, despierta fuerzas que dormitan, y forma ciudadanos dispuestos a construir una sociedad más justa» (2). Durante el acto conmemorativo del 50º aniversario, Concha Lapeña, directora del Colegio Mayor, glosó esa idea: «Hemos recibido en herencia del fundador del Opus Dei el afán de saber y profundizar, el amor a la verdad unido a un talante solidario. Residentes y ex-residentes de Zurbarán tratan de trabajar con mentalidad de servicio a los demás».

Acto conmemorativo del 50 aniversario del Colegio Mayor Zurbarán. De izquierda a derecha: José Mª González Cuasante, pintor y Decano de la Facultad de Bellas Artes (UCM); Concepción La peña, directora del Colegio Mayor; Rafael Puyol, Rector de la Universidad Complutense de Madrid; Rafael de la Hoz, arquitecto y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; y Pilar Cambra, Redactora Jefe del diario Expansión y prologuista del libro El hoy de las artes, décimo de la Colección «Humanismo y Cultura», editada por el Colegio Mayor Zurbarán.

En el Colegio Mayor Zurbarán se ha intentado transmitir estas ideas a residentes y a otras estudiantes, contando con los rasgos propios de su edad. Las actuales residentes responden al perfil medio del universitario en cuanto a sus estudios y aficiones. Unas estudian lo que quieren y otras lo que pueden. Pues si antes las carreras que elegía la mujer podían estar condicionadas por lo que se consideraban estudios «más femeninos», hoy día dependen de las plazas disponibles y de las notas anteriores. Una buena proporción de las residentes de Zurbarán estudia Derecho, Empresariales o Económicas; otro grupo menor, Filología, Historia o Magisterio, pero también hay representantes de carreras científicas y técnicas: desde Ciencias Biológicas a Ingeniería de Minas. Para su tiempo libre, como tantos jóvenes menores de 25 años, eligen la música, el deporte, el cine o la lectura.

Junto a aspectos muy positivos, es frecuente que los universitarios se centren en los estudios y en el ocio, despreocupándose, en cierta medida, del propio entorno. Es importante hallar los incentivos para captar su atención y encaminarla hacia ámbitos culturales distintos de la carrera específica que cursan y abrir los ojos a otras realidades sociales tan cercanas como incómodas.

No obstante, la apertura cultural y social no son las únicas metas en el ideario del Colegio Mayor Zurbarán. También se considera prioritario que las universitarias descubran el alcance de su identidad cristiana: no sólo a través de seminarios de teología, sino planteándose personalmente las exigencias de una vida coherente con la fe; la armonía entre lo que se cree y lo que se vive, las implicaciones éticas y teológicas de los avances científicos, etc., son algunas manifestaciones del binomio fe-razón.

Para atender la vertiente cultural de las residentes, el Colegio Mayor ha organizado en los últimos años sesiones de ética profesional (Medicina, Derecho, Empresa, Periodismo, Educación), cursos prácticos de radio, un Foro de Pensamiento, jornadas de iniciación al trabajo intelectual y la participación anual en el Congreso Internacional Universitario UNIV. Más recientemente, se ha desarrollado una Escuela de Prácticas de Periodismo (las alumnas publican sus primeros trabajos en prensa), jornadas jurídicas (encuentros con profesionales, asistencia a juicios), cursos de restauración del patrimonio artístico (con prácticas en verano dirigidas por profesionales), etc.

Colección «Humanismo y Cultura»

Quizá la iniciativa cultural más relevante de este Colegio Mayor quede reflejada en la Colección «Humanismo y Cultura», diez volúmenes que contienen los diálogos entre intelectuales celebrados en Zurbarán desde 1979 hasta hoy. El último libro publicado, El hoy de las artes, fue presentado en el acto conmemorativo de los 50 años de Zurbarán.

Académicos, diplomáticos, rectores, catedráticos, científicos, financieros, médicos, juristas, arquitectos, teólogos, artistas, filósofos… han expuesto en el Mayor interrogantes y posibles respuestas sobre la ciencia al servicio del hombre, la función humanizadora de la familia, la obra de España en América o el trabajo esforzado de los artistas.

El desarrollo de la preocupación por los necesitados es otra de las líneas formativas para las estudiantes que viven o frecuentan el Colegio Mayor. Ese interés se ha plasmado en actividades de catequesis, apoyo escolar a niños gitanos, trabajo en asilos, atención a huérfanos, clases de español a inmigrantes y cursos para futuras voluntarias.

Es posible que las grandes líneas de fuerza de este Colegio Mayor que cumple medio siglo, hayan sido bien resumidas por el Rector de la Universidad Complutense, Rafael Puyol, en el acto conmemorativo: «Zurbarán ha entendido muy bien su función desde hace 50 años; es decir, enseñar a encontrar el para qué de todo lo que se hace y el porqué de todo lo que se cree. Tanto el fundador del Opus Dei como quienes han regido los avatares de este Colegio Mayor han comprendido que la educación universitaria no se agota en un plan de estudios. La competencia técnica permite la solvencia profesional, pero no asegura por sí misma el buen criterio para encauzar la vida».

Fechas para la historia de un cambio1841 La escritora Concepción Arenal asiste a clases en la Universidad de Madrid como oyente.1858 Se funda la primera Escuela de Magisterio.1888 Las mujeres pueden matricularse en la Universidad sin autorización del padre o marido.1910 El Ministro de Instrucción Pública promueve una Real Orden para facilitar el acceso generalizado de la mujer a la Universidad.1930 El 5% de los alumnos universitarios son mujeres.1940 La tasa de mujeres en el alumnado alcanza el 14%.1980 De cada 100 alumnos universitarios, 42 son mujeres.1993 El 56% de los titulados universitarios son mujeres.1998 1/3 del profesorado es femenino, pero sólo el 10% de los catedráticos son mujeres.Beatriz Comella_________________________(1) Mª Ángeles Durán. Mujer y sociedad 1700-1975. Madrid (1982).(2) Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad. EUNSA. Pamplona (1993) p. 98.

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