El portátil barato para niños pobres obtiene un gran éxito en Uruguay

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Montevideo. El programa One Laptop Per Child (OLPC, una computadora por niño) tomó forma en Uruguay con el nombre de Plan Ceibal (Conectividad Educativa de Informática Básica para el Aprendizaje en Línea) y desde su implementación en 2007 viene en crecimiento en este país. La invención de John Negroponte, investigador informático y miembro emérito del Massachussets Institute of Technology (MIT), se convirtió en una prioridad a nivel educativo del gobierno del presidente socialista Tabaré Vázquez.

De hecho, ha sido la única señal de mejora en el último lustro en la difícil y politizada educación pública uruguaya -que es gratuita en todos los niveles-, pese a que su perfeccionamiento ha sido uno de los ejes centrales del discurso del izquierdista Frente Amplio, el partido que llevó al poder a Vázquez en 2004.

El mandatario tomó el programa, que cuenta con una gran aceptación popular y es el único tema en el que gobierno y oposición están de acuerdo, dentro de sus prioridades en educación y la implantó con fuerza en las escuelas públicas, con la intención de ampliarla a las privadas y todos los profesores de secundaria. Vázquez pretende abatir la brecha digital entre los escolares uruguayos, muchos de ellos pobres o por debajo de la línea de pobreza, quienes de otra manera jamás podrían acceder a una computadora.

El OLPC, una organización sin fines de lucro, nació hace tres años en el MIT, con el objetivo de producir computadoras portátiles, las XO, a un bajo precio de 100 dólares para los niños de países en desarrollo. Uruguay fue de los primeros en demostrar interés en el programa y el primero en aplicarlo en todo su territorio. Negroponte, director de OLPC, ha elogiado la amplitud con que se ha aplicado el plan en este país, al que ha visto de cerca en marzo de 2008 durante el Foro de Innovación de las Américas desarrollado en Punta del Este. El científico ha aseverado que sus computadoras son como un “caballo de Troya” y ha afirmado que implantar el programa en Uruguay “ha sido más fácil que en cualquier otro país”.

El programa se ha aplicado en 31 países con el reparto de unas 500.000 computadoras. Sus creadores quieren extenderlo a más naciones, pero el costo -para algunos gobiernos es inviable- y la burocracia ha frenado las ambiciones del proyecto.

Hasta el momento, en Uruguay han sido entregadas gratuitamente más de 227.000 computadoras a niños de educación primaria y se proyecta que para fines de 2009 se habrán distribuido en todo el país unas 400.000. A los maestros de escuelas públicas les han llegado más de 5.000 ordenadores y los profesores de secundaria pueden adquirir computadoras más baratas ajustándose al Plan Ceibal. En estos momentos, se está aplicando el plan recambio entre los alumnos de liceos.

Expansión tecnológica

La amplitud del modelo informático generó una expansión tecnología que hizo que cerca del 50% de la población uruguaya tenga acceso a una computadora en su hogar, según un sondeo realizado a fines de marzo. Además, un 55% de escolares tiene acceso a Internet y un 7% de los niños menores de 6 años utiliza la web.

El propio presidente Vázquez entregó la computadora número 100.000 en agosto pasado en la escuela 157 del pueblo capitalino Villa García, que significó el arribo del programa a Montevideo. El mandatario también había acudido a la inauguración del OLPC en Uruguay en la escuela 24 de Cardal, un pequeño pueblo en el departamento de Florida, en mayo de 2007. “Hoy comienza el futuro”, rezaba un cartel aquel día en esa localidad. Desde su lanzamiento, Vázquez ha asegurado que el Plan Ceibal sería el proyecto más “importante” y “revolucionario” de su administración de cinco años.

El costo estimado para el OLPC en Uruguay ronda los 50 millones de dólares, aunque el precio puede variar debido a que las compras de las máquinas se realizaron a través de diferentes licitaciones. A los niños la escuela pública les llega libre de cargo, todas con conexión a Internet, con soporte técnico y conectado en red para que los escolares de una misma institución educativa puedan comunicarse. El gobierno del Frente Amplio se propone, para el final del mandato en marzo de 2010, que todos los niños de las escuelas del país cuenten con una computadora, al igual que los maestros.

Para diciembre de 2009 las autoridades de la enseñanza pretenden resolver la entrega de máquinas a niños ciegos; además, proseguirán extendiendo el plan en las escuelas privadas -ya hay 25.000 en circulación-, pero a los alumnos de estos institutos les cobran 220 dólares por cada una sin subsidio estatal, lo que ha provocado algunas quejas.

Pero no todo ha resultado a pedir de boca. El crecimiento del Plan Ceibal ha ido de la mano de la preocupación de muchos padres respecto al acceso de los niños a páginas que alienten la violencia y la pornografía. El OLPC en Uruguay cuenta con un sistema de bloqueo para ese tipo de portales, pero éste funciona solamente en las escuelas. La proliferación de los lugares con acceso libre a Internet, plazas, lugares públicos y centros comerciales con WiFi, escapa al control del Plan Ceibal y ha generado dolores de cabeza a los técnicos del proyecto.

El plan, plenamente en marcha y con marcado éxito de aceptación, accederá ahora a una nueva etapa que tendrá como objetivo enseñar correctamente las nuevas tecnologías a toda la población. De eso se trata superar la brecha tecnológica y Uruguay podría tener problemas en este sentido ante la falta de docentes en la materia y la carencia de recursos en la satisfacción de la demanda de la industria del software.

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