Dos ideas para inyectar dinero en las universidades europeas

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En general, las universidades europeas están infrafinanciadas porque cobran poco a los estudiantes (ver servicio 13/04). En Gran Bretaña, la Cámara de los Comunes ha aprobado la subida de tasas propuesta por el polémico proyecto del gobierno. La Universidad de Oxford ha hecho cuentas, y dice que no es suficiente. Por su parte, la Comisión Europea dará becas a estudiantes extranjeros, lo que agradecerán las arcas de las universidades que logren atraerlos.

El Oxford Centre for Higher Education Policy Studies (Oxcheps) acaba de publicar un informe en el que pone de manifiesto los problemas económicos de esta universidad británica de primera fila, ejemplo de lo que ocurre en muchas otras del país. El estudio revela un dato nunca antes publicado: el coste real de la enseñanza en Oxford asciende a 18.600 libras por alumno y año. Actualmente, los estudiantes pagan solo el 6% de esa suma y el Estado aporta un 47% (la media para todas las universidades británicas es el 67,7%). La Universidad tiene que conseguir el 47% restante por sus propios medios (donaciones, trabajos de investigación para empresas, alquiler de los colleges durante las vacaciones, etc.).

El texto pone de manifiesto el retroceso económico que ha sufrido la Universidad de Oxford. Hace veinticinco años sus recursos eran similares a los de las mejores universidades norteamericanas. Hoy, Oxford gasta un tercio de lo que se emplea por alumno de Harvard o Princeton.

Así, concluye el estudio, si se quiere que Oxford imparta enseñanza de buena calidad, hay que hacer frente al coste real. En concreto, Oxcheps considera que sería necesario incrementar el precio de la matrícula hasta un máximo de 10.450 libras anuales, mucho más que el tope aprobado por los Comunes, 3.000 libras.

Esto no supondría expulsar a los alumnos que no fueran ricos, señala el informe, pues la propuesta deja margen para cobrar menos a los que no tienen tanto dinero. La mitad de las familias de los estudiantes de Oxford gana entre 40.000 y 60.000 libras al año y un 17% supera las 60.000 libras. Pues bien, un 20% de los estudiantes, aquellos cuyas familias obtienen menos de 30.000 libras al año, tendrían matrícula gratuita, y los menos favorecidos podrían recibir además ayudas para gastos de manutención, que ascienden a 6.000 libras anuales por término medio. Otro 40% de los estudiantes, los que tienen ingresos familiares de 30.000-45.000 libras anuales, solo tendría que pagar 3.000 libras. Y al 40% restante, los más adinerados, se les podría cobrar 10.450 libras. Con todo, señala el estudio, el nuevo sistema daría a la Universidad un 25% más de financiación que el proyecto del gobierno.

A falta de permiso para cobrar más, el estudio dice que solo hay dos posibilidades. La primera consiste en reducir los costes pasando del tradicional sistema de tutorías individuales a una enseñanza basada en lecciones para grupos de alumnos, lo que sería un golpe duro para las tradiciones y el prestigio de Oxford. La otra es reducir la proporción de alumnos británicos para hacer hueco a más estudiantes extranjeros, que pagan entre 12.000 y 23.000 libras al año (el tope impuesto por la ley solo se aplica a los nacionales). Esta segunda idea es la que está considerando la Universidad. La UE facilitará esta solución con un nuevo programa que comenzará el próximo curso.

En efecto, la Comisión Europea acaba de aprobar el plan Erasmus Mundus, dotado con 230 millones de euros para los próximos cuatro cursos, y así atraer estudiantes y profesores extranjeros. La finalidad es realzar el prestigio internacional de las universidades europeas, que como imán de clientela exterior están por debajo de las norteamericanas. Las instituciones implicadas en el proyecto diseñarán masters europeos y crearán «centros de excelencia». Los masters serán impartidos por al menos tres universidades de países comunitarios y deberán permitir la movilidad de alumnos. Los graduados tendrán derecho a un doble o múltiple diploma. Entre las universidades de los quince países miembros y las de los otros diez que se incorporarán este año, se ofrecerán noventa cursos distintos. Para llenarlos, Erasmus Mundus prevé conceder becas a cinco mil estudiantes no comunitarios y cuatro mil comunitarios. Y habrá al menos otras dos mil ayudas más para profesores e investigadores, la mitad de la UE y la mitad de fuera.

El precedente de Erasmus Mundus es el programa Erasmus, implantado para favorecer la movilidad universitaria en el interior de la UE. Iniciado en 1987, Erasmus ha permitido a más de un millón de jóvenes europeos estudiar en otro país de la Unión (ver servicio 59/03).

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