Criba en las universidades de la República Checa

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A partir de este curso académico, los aproximadamente 13.000 profesores que trabajan en las universidades de la República Checa tendrán que presentar de nuevo su candidatura como docentes si quieren conservar su empleo. Los que no pasen la selección perderán su puesto al final de este curso.

Los curricula serán examinados -en función de los méritos académicos- por comisiones de expertos nombradas por el ministro de Educación e independientes de la universidad de procedencia de cada candidato.

La resolución fue adoptada el mes de julio por el Parlamento y se explica porque todavía hoy siguen ejerciendo muchos profesores que ganaron su puesto por lealtad política al antiguo régimen y no por méritos académicos. Esto sucede sobre todo en las universidades con menos capacidad económica para renovar su plantilla. También se terminan los contratos vitalicios que disfrutan la mayoría de los docentes, que tendrán a partir de ahora contratos temporales de dos a cinco años, renovables.

Según estimaciones publicadas por el diario Le Monde, desde el cambio de régimen un 20% de los profesores -la mayoría especialmente vinculados al partido comunista- han abandonado su puesto en la enseñanza superior, bien por iniciativa de las universidades, bien por jubilación anticipada. Pero algunos responsables del ministerio de Educación estiman que queda aún otro 20% que no reúne condiciones para enseñar en la universidad.

Este nuevo sistema de renovación de empleo podría beneficiar a los casi 6.000 investigadores y empleados de las academias de ciencias que han perdido su empleo como consecuencia de las reestructuraciones económicas de los tres últimos años.

En otro orden de asuntos, pero también para revitalizar el panorama universitario, un judío de origen húngaro, George Soros, que emigró a Gran Bretaña y se ha hecho multimillonario por la especulación monetaria, afianza su proyecto educativo en Europa del Este. Por un lado, Soros creó la Universidad de Europa Central con sedes en Praga y Budapest, que disfruta de subvenciones estatales. En la capital de la República Checa le falta profesorado -por ejemplo, la economía la enseñan profesores americanos-, y la universidad arraiga con menos fuerza que en Budapest, donde está más apoyada por el Estado húngaro. La universidad tiene actualmente entre 400 y 500 alumnos, casi todos becarios. Solamente algunos estudiantes procedentes de Estados Unidos o de Europa Occidental pagan su matrícula.

Pero la Universidad de Europa Central es sólo uno de los proyectos de este empresario, que dirige una red de veinte fundaciones con proyectos culturales, educativos, sanitarios y de investigación. Otra de sus iniciativas para el Este de Europa es ayudar económicamente a las diversas universidades para que contraten profesores visitantes extranjeros. Actualmente Soros está financiando a 120 profesores que enseñan en 70 instituciones repartidas en 10 países. También ayuda a profesores universitarios del Este para que perfeccionen su carrera en Occidente y luego regresen, intentando evitar así la fuga de cerebros.

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