Colegios de las familias y para las familias

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Que los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos es un principio universalmente aceptado en las sociedades libres. Hace cincuenta años, unas familias españolas lo tomaron completamente en serio y pasaron a la acción. Ellas mismas pusieron en marcha las escuelas donde sus hijos recibirían la formación que querían para ellos, sin esperar a que alguien les resolviera el problema. Fundaron así Fomento de Centros de Enseñanza, que hoy cuenta más de treinta colegios surgidos por el mismo impulso.

Fomento de Centros de Enseñanza, que ahora celebra su 50 aniversario, tiene una historia que arrancó de una sugerencia de S. Josemaría Escrivá, el fundador del Opus Dei. Él, al difundir el mensaje de buscar la santidad en las situaciones propias de los cristianos corrientes, hablaba a padres y madres de su responsabilidad como primeros educadores de los hijos. Les animaba, así, a implicarse en las escuelas para asegurar la continuidad de la educación que ellos daban en casa. Cuando le preguntaban cómo podrían hacerlo concretamente, les sugería que ellos mismos las promoviesen. Así nació Fomento.

El grupo de madres y padres que comenzaron Fomento recurrió a expertos en educación, como los catedráticos Víctor García Hoz y Tomás Alvira, que perfilaron un proyecto pedagógico basado en los ideales inspiradores de la iniciativa. Son, de forma resumida, la dignidad de la persona, el sentido trascendente de la vida y de las tareas cotidianas, la educación orientada a la superación personal y al trabajo en común.

El primer colegio fue Ahlzahir, en Córdoba. Luego siguieron otros, hasta un total de 35 en la actualidad, repartidos en 11 comunidades autónomas. Los alumnos –chicas y chicos– suman más de 24.000, atendidos por más de 2.500 profesionales.

Desde 1997, la oferta educativa de Fomento se completa con el Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, donde se imparten enseñanzas de grado en Derecho, Empresa, Comunicación, Educación y Psicología. El Centro cuenta unos 2.500 alumnos.

Los colegios de Fomento han servido de inspiración a iniciativas similares de España y otros países

Protagonistas: los padres

Hoy día, la necesidad de que los padres se impliquen en el colegio o el principio de educación personalizada están muy extendidos, y aparecen recogidos en las legislaciones. Así, el Consejo Escolar del Estado (España) subraya que una mayor participación de los padres “se corresponde con un mayor éxito escolar”. No se dice que los alumnos y sus familias sean “clientes” de la escuela o beneficiarios de un servicio: ellos, junto con los profesores y directivos del centro, forman la “comunidad educativa”.

Pero hace cincuenta años, eso era una novedad. Fomento se adelantó logrando que las familias promovieran colegios y participaran en su creación y desarrollo, e introduciendo la tutoría personal, como forma de aplicar la educación personalizada. Desde el origen de Fomento, todos los alumnos reciben asesoramiento personal de un tutor, que además se entrevista periódicamente con los padres para coordinar el esfuerzo educativo de ellos y el del colegio.

La implicación de los padres es clave. Decía el Prof. Tomás Alvira: “Un colegio de Fomento es una comunidad educativa constituida por padres, profesores y alumnos. Si un colegio gozara de la mejor organización pedagógica que puede darse actualmente y dejase de tener esa interrelación entre padres, profesores y alumnos, le faltaría lo esencial y, en realidad, no respondería a la idea fundamental de Fomento de Centros de Enseñanza”.

Para reforzar el protagonismo de las familias en el proyecto educativo de Fomento, ya desde el principio se creó la asociación de padres en cada colegio, que más tarde se unieron en una federación. Entre otras actividades, las asociaciones organizan programas de formación para madres y padres.

Igualdad de oportunidades para chicas y chicos

Desde su inicio, Fomento optó por la educación diferenciada, que no consiste simplemente en que chicos y chicas estén en clases o colegios distintos. Hace cincuenta años existían muchos centros no mixtos, pero en gran parte empleaban una fórmula que debería llamarse “educación separada”. En particular, se enseñaban a las chicas algunas materias distintas y se las orientaba a profesiones “femeninas”.

Fomento introdujo desde el principio la tutoría personal, como forma de aplicar la educación personalizada

En los centros de Fomento, desde el principio, ellas y ellos siguen los mismos planes de estudio, con el mismo nivel académico y sin diferencia de expectativas profesionales. Lo que se hace es enseñarles respetando el estilo de aprendizaje de cada sexo y su ritmo de maduración. Por eso puede decirse que la educación diferenciada promueve una igualdad real de oportunidades. Es un modelo que se aplica con éxito en otros muchos colegios, incluso públicos, de diversos países, como Gran Bretaña, Australia, Estados Unidos.

Inspiración para otros

Junto con el trabajo en equipo y el cuidado de la formación permanente de los profesionales, otra característica es la búsqueda de la innovación educativa. En la actualidad, Fomento desarrolla diferentes proyectos pedagógicos en todos los niveles de enseñanza, desde Educación Infantil hasta Bachillerato: en Educación Infantil, por ejemplo, el Proyecto Magic Dragon, para el aprendizaje temprano del inglés, o las “Matemáticas Divertidas”.

Los colegios de Fomento han servido de inspiración a iniciativas similares de España y otros países. Para transmitir su experiencia, Fomento tiene un departamento de asesoramiento externo que colabora con más de 250 instituciones de 30 países.

Forman parte de esa colaboración los programas para profesionales de la enseñanza, que Fomento ofrece también al personal de otras instituciones educativas, tanto de España como de otras naciones. Es el caso del Máster en Dirección de Centros Educativos, para responsables de colegios, o del Máster en Asesoramiento Educativo Familiar, dirigido a profesores, que se imparte desde hace veinte años en distintos países latinoamericanos.

Servicio a la sociedad

Las comunidades educativas que son los colegios de Fomento se prolongan aun después de que los alumnos completen sus estudios. Tras cincuenta años de vida, Fomento cuenta con unos 80.000 antiguos alumnos, y una buena parte de ellos mantienen contacto con sus compañeros de promoción y antiguos profesores, o al cabo del tiempo se convierten a su vez en padres de alumnos. Desde hace cuatro años, los Premios Fomento se conceden a personas e instituciones que destacan por su servicio a la sociedad. Entre ellas, se reconoce a mujeres y hombres que estudiaron en colegios de Fomento.

En la última entrega de estos premios, el pasado mes de abril, el director general de Fomento, Joan Curcó, se refirió a la contribución de las sucesivas promociones de alumnos salidas de los colegios. “Hoy”, dijo, a los padres, profesores y alumnos “hemos de añadir a los antiguos alumnos, hombres y mujeres, a quienes Fomento ha tratado de educar como ciudadanos libres, responsables y comprometidos con la sociedad en la que viven”.

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