Los reportajes periodísticos que aseguran que existe un tráfico de órganos dirigido por una mafia internacional son leyendas que se repiten cíclicamente y hasta hoy carecen de pruebas, ha asegurado Veronique Campion Vincent, del Centro Nacional de la Investigación Científica francés. Especialista en indagar sobre rumores, su último largo trabajo (Le greffe, la rumeur et les médias; les récits de vols d’organes) le fue encargado por la Fundación francesa para transplantes de órganos.
La autora no niega que exista cierto negocio de órganos humanos en algunos países. «Se sabe -dice- que el comercio y el tráfico de órganos y de tejidos humanos funciona por venta ‘voluntaria’ de órganos vivos donados por personas pobres o extraídos a cadáveres. Se dan casos frecuentes en la India y en China donde se explotan los cuerpos de condenados a muerte. Y en otros países se dan casos esporádicos». Seguramente estas situaciones han dado pie a leyendas. Pero la investigadora opina que no son fundadas las noticias sobre «matanzas de niños para un tráfico clandestino de órganos que es controlado por una poderosa mafia con la que colaboran numerosos cirujanos criminales».
Por su parte, Albino Navarro, representante de la Organización Nacional de Transplantes española, ha negado también que haya un solo caso documentado de tráfico de órganos en todo el mundo, aunque admite que existe un comercio legal en algunos países, como los referidos por la investigadora francesa. Navarro intervino el mes pasado en un seminario sobre ética de los transplantes que organizaban la Fundación Humanismo y Democracia y la Universidad de Comillas. Afirmó que «en Brasil, la India o Egipto se publican anuncios de potenciales donantes vivos ofreciendo un riñón. Se trata de un mercado legal y perfectamente organizado».
