Cada vez son más estudiados los efectos psicológicos y en el comportamiento que produce la imagen de la persona convertida en objeto sexual a través de los medios de comunicación. Algo que se transmite especialmente mediante la ropa, los mensajes y las poses de los protagonistas de anuncios, videoclips, pasarelas o series de televisión. Este fenómeno no afecta solo a la mujer, sino en la última década también a las niñas. Algunas iniciativas apuntan a una concienciación real y eficaz.
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